22 de diciembre de 2015, Roma – Las perspectivas para la producción agrícola y ganadera en África austral se han visto mermadas por el fenómeno climático de El Niño, que ha hecho disminuir las lluvias y aumentar las temperaturas. Una producción agrícola reducida seguiría a la mala temporada del año pasado, que ya ha contribuido al alza de precios de los alimentos y “podría afectar de forma aguda la situación de seguridad alimentaria en 2016”, según una alerta especial lanzada hoy por el Sistema Mundial de Información y Alerta Temprana de la FAO (SMIA). La temporada para la siembra de maíz en África austral ya ha sufrido retrasos, mientras que los cultivos ya sembrados se ven afectados negativamente por las lluvias insuficientes y temperaturas más elevadas. “Estamos ya en la sexta semana de la temporada agrícola y no hay suficiente humedad en el suelo”, advirtió Shukri Ahmed, responsable adjunto del Programa Estratégico de la FAO sobre resiliencia. Los pequeños campesinos de la región dependen casi por completo de la lluvia, haciendo que su producción sea altamente susceptibles a sus variaciones. Si bien el impacto de El Niño depende en gran medida de la ubicación y la temporada -el impacto en la producción agrícola parece más moderado en el norte de la región- los últimos episodios intensos se han asociado con la producción reducida en varios países, entre ellos Sudáfrica, que es el mayor productor de cereales en la subregión y normalmente exporta maíz a los países vecinos. La FAO ya había advertido en marzo que el actual fenómeno de El Niño sería fuerte, y ahora parece que se trata del episodio más fuerte en 18 años. Llegará a su máximo a principios de 2016, antes de la época habitual de recolección para los agricultores en África austral. “Las previsiones meteorológicas indican una mayor probabilidad de que prosigan las lluvias inferiores a lo normal entre diciembre y marzo en la mayoría de los países”, señala la alerta del SMIA. Sudáfrica ya ha declarado el estado de sequía en cinco provincias -sus principales regiones productoras de cereales-, mientras que Lesotho ha lanzado un plan de mitigación de la sequía y Swazilandia ha aplicado restricciones de agua al bajar el nivel de los embalses. El alza de precios intensifica las amenazas La probabilidad de una nueva mala temporada agrícola es inquietante, ya que llega justo después de otra similar que ya ha agotado las existencias, limitado los suministros y hecho subir los precios a nivel local. La producción de maíz cayó un 27 por ciento en 2015 a nivel subregional, provocando un fuerte aumento en el número de personas que ya eran vulnerables a la inseguridad alimentaria en la región. “Los precios del maíz en África austral realmente están subiendo”, afirmó Shukri Ahmed. “Por otra parte, las monedas de la subregión son muy débiles, lo que en conjunto puede agravar la situación”. Mientras que la sequía afecta a muchos cultivos, incluyendo las legumbres -que contribuyen de forma importante a la nutrición local-, el maíz lo cultivan el 80 por ciento de los agricultores de subsistencia en la subregión. Los precios mayoristas del maíz han subido un 50 por ciento respecto al año anterior en Sudáfrica, mientras que los precios al por menor se han duplicado en Malawi y Mozambique. Como las familias están ya en situación precaria a causa de la mala cosecha anterior, dedican más ingresos a necesidades básicas y ven peligrar el acceso a insumos agrícolas vitales como semillas y fertilizantes. Además de África austral, el análisis del SMIA de las condiciones relacionadas con El Niño apunta también a condiciones de estrés agrícola en el norte de Australia, partes de Indonesia y una amplia franja de América Central y Brasil. Los efectos de El Niño se hacen sentir igualmente en otras partes de África, como Etiopía, donde los expertos de la FAO sobre el terreno informan de pérdidas elevadas para los agricultores y pastores. Este mes, la FAO lanzó también una alerta sobre el incremento del riesgo de fiebre del Valle del Rift (FVR), en especial en África oriental. Los brotes de FVR, que afectan principalmente a ovejas, cabras, vacas, camellos, búfalos y antílopes -pero que también puede ser letal para los humanos-, están estrechamente asociados a períodos de fuertes lluvias provocadas por El Niño, que favorecen el hábitat de los mosquitos que transmiten la enfermedad. Para combatir la amenaza potencial para seres humanos y animales, las opciones incluyen usar repelentes de insectos en los hogares y vacunar a los animales en zonas seleccionadas, pero son necesarias vacunas de calidad, así como el envío inmediato de equipos sobre el terreno. Plan de acción para África austral Para reducir los efectos adversos de El Niño, la FAO ya ha promovido varias intervenciones en África austral, que se basan también los programas puestos en marcha tras la reducción de la producción la pasada temporada. “La FAO está trabajando en un enfoque de doble vía con los gobiernos y otros asociados en toda la subregión para abordar a la vez las necesidades inmediatas y a largo plazo. Ya se están ampliando las intervenciones agrícolas y ganaderas apropiadas destinadas a minimizar el impacto”, señaló David Phiri, Coordinador Subregional de la FAO para África austral. Las intervenciones inmediatas se centran en el apoyo a los agricultores, suministrándoles cultivos tolerantes a la sequía, semillas y piensos para el ganado y realizando campañas de vacunación. La FAO apoya igualmente enfoques a largo plazo de creación de resiliencia entre los grupos vulnerables, incluyendo la rehabilitación de sistemas de riego, la mejora del acceso de los agricultores a la financiación rural y el apoyo a un mayor uso de las tecnologías agrícolas climáticamente inteligentes. Varios países ya han elaborado planes nacionales para hacer frente al impacto de El Niño en la agricultura. Las intervenciones innovadoras implementadas África austral en los últimos años han sido particularmente exitosas. Muchas de estas buenas prácticas han obtenido buenos resultados en otras crisis, incluyendo la rápida expansión de las intervenciones basadas en el mercado, las transferencias de dinero no condicionadas y los bonos y la adopción de tecnologías climáticamente inteligentes para los sistemas de producción ganadera y agrícola. “Estamos agradecidos por las contribuciones realizadas por los socios para el desarrollo hasta el momento, pero existe todavía un importante déficit de financiación. Tendremos que adoptar y ampliar con rapidez las innovaciones que han tenido éxito en el pasado”, concluyó Phiri. Fuente:fao