Si tu teléfono móvil se convierte en un mini-laboratorio, capaz de grabar sus parámetros cardíacos, entonces ¿por qué enviarlas a un laboratorio? Tal dispositivo ha sido desarrollado por un joven estudiante de doctorado australiano de la Universidad de Sydney.
Los médicos saben desde hace tiempo: la frecuencia cardiaca de un individuo y sus variantes contienen amplia información sobre su estado. Por ejemplo, se encontró que un alto ritmo cardíaco en reposo podría ser un buen predictor de riesgo cardiovascular.
Por otra parte, más allá de los riesgos cardiovasculares, cambios en la frecuencia cardíaca también son buenos indicadores del nivel de estrés y el estado emocional de las personas.
Por último, el seguimiento de los cambios en la frecuencia cardíaca es evaluar el estado de fatiga y el riesgo de sobreentrenamiento.
Problema: en la actualidad, para seguir las fluctuaciones en el ritmo cardíaco de un paciente, el método más común es llevar a la persona a un centro de análisis, en el que el ritmo cardiaco se mide en diferentes configuraciones (en reposo, después del ejercicio, etc.) . O, en otras palabras, un proceso pesado, que, por otra parte, no permite monitorear los cambios en la frecuencia cardíaca en los pacientes en tiempo real.
Para resolver este problema, James brezos, un doctorado joven en Psicofisiología de la Universidad de Sydney tuvo la idea de diseñar un dispositivo móvil particularmente ingeniosa: Este dispositivo consiste en un sensor conectado al dedo del paciente, que se conecta al teléfono inteligente, en el que una aplicación dedicada se ha descargado previamente.
El teléfono inteligente procesa los datos proporcionados por el sensor y los envía al laboratorio. ¿Resultado? Es posible seguir en tiempo real los cambios en el ritmo cardíaco de los pacientes. Por otra parte, este dispositivo permite que los datos simultáneos de un gran número de los pacientes que los análisis de laboratorio, obviamente, no permite.
El dispositivo, lo que probablemente inspirar a los actores en el sector médico, fue presentado en la conferencia anual de la Sociedad de Australasia para la psicofisiología, que tuvo lugar del 28 al 30 noviembre de 2012 en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sydney, Australia).