Las orcas (Orcinus orca) –la especie más grande de la familia de los delfines– son animales altamente sociales que abarcan una amplia gama de hábitats, desde la Antártida a las regiones árticas. Sin embargo, aunque se nombran como una sola especie, existen subpoblaciones, conocidas como ecotipos, que se distinguen unas de otras por sus conductas en cuanto a dieta, estrategias de caza y reproducción.
La diferenciación se debe a la expansión de pequeños grupos de estos mamíferos por nuevos entornos
Esta diferenciación se debe a la expansión de pequeños grupos de estos mamíferos por nuevos entornos, según un reciente estudio publicado en Nature. El equipo de investigadores analizó las secuencias del genoma completo de 50 orcas de cinco ecotipos diferentes del Pacífico Norte y las regiones antárticas.
“Por primera vez, podemos aprovechar el poder de la secuenciación del genoma completo para identificar las diferencias en la historia evolutiva de los ecotipos de orcas. Esto incluye su historia demográfica y los objetivos de selección debido a la especiación ecológica”, explica a Sinc Andrew Foote, investigador de biología evolutiva de la Universidad de Uppsala (Suecia) y uno de los autores del estudio.
Desmigar la historia evolutiva
Los autores encontraron que, en todas las subespecies estudiadas, se produjo una disminución de la población tras la divergencia, que fue seguida de una expansión, lo que los expertos consideran como uno de los mejores escenarios evolutivos que permite la emergencia de nuevos subgrupos.
Los científicos estiman que los subgrupos de orcas divergieron a escala mundial en menos de 200.000 años
“Con nuestra capacidad de secuenciación genómica a nivel de población podemos desmenuzar la historia evolutiva de las poblaciones dentro de una especie para entender mejor la interacción entre los diferentes procesos evolutivos”, señala el autor.
Los científicos estiman que los subgrupos de orcas divergieron a escala mundial en menos de 200.000 años. “El comienzo de la evolución hacia diferentes ecotipos podría estar asociado a los cambios climáticos acontecidos después de la última edad de hielo, hace algo más de 10.000 años”, añade Foote.
“Una de las principales conclusiones es que la variación dentro de las orcas, los seres humanos y probablemente muchas otras especies sociales surge de múltiples procesos como la cultura, la ecología o la genética que interactúan entre sí, en lugar de atribuirla de forma individual a cada aspecto”, asevera el experto en biología evolutiva.
Referencia bibliográfica:
Andrew D. Foote et al.: “Genome-culture coevolution promotes rapid divergence of killer whale ecotypes”. Nature 31 de mayo del 2016 http://nature.com/articles/doi:10.1038/ncomms11693
Fuente: SINC