Pese a las numerosas investigaciones realizadas en la fosa de las Marianas, este recóndito lugar sigue siendo un desafío para los científicos, que aún no se han hecho una idea completa de sus características.
Del 20 de abril al 10 de julio de 2016, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) llevó a cabo una expedición con la participación de tres naves de exploración Okeanos Explorer en las profundidades de la fosa de las Marianas, con el objetivo de recopilar información sobre las áreas más desconocidas y recónditas del fondo marino.
Estas son algunas de las decenas de extrañas criaturas que hallaron en las profundidades.
Los gusanos bellota (Enteropneusta) fueron solo uno de los muchos ejemplos de fauna extraña observada en el área conocida como Twin Peaks durante la investigación. El objetivo de los investigadores pasa por crear una base de información para que investigadores y agencias gubernamentales puedan entender cómo gestionar y proteger la fosa y sus peces.
Según la NOAA, este molusco de hermosa concha -un tipo de caracol- es un hallazgo “raro” y, “probablemente”, una nueva especie de la fosa de las Marianas. Pese a las numerosas investigaciones llevadas a cabo en la fosa, de 2.550 kilómetros de longitud y 70 de anchura media, los científicos aún no tienen una idea completa de su geología, hábitats ni habitantes.
Esta hidromedusa fue fotografiada a una profundidad de 800 metros sobre un volcán, el primero descubierto en la Zona Económica Exclusiva Estados Unidos. Prácticamente, cada vez que los científicos acuden a la zona para documentar la fauna, hacen nuevos descubrimientos.
Este brótulas, un género de pez marino que presenta una forma inusual de cabeza bulbosa, pequeños ojos, grandes agujeros nasales y una boca en la parte inferior, podría ser una nueva especie, afirman los investigadores de NOAA.
El gran bulto en forma de bola que presenta en su brazo esta estrella de mar Cheiraster es fruto de la infección causada por un cirrípedo parasitario. Sus larvas entran en el cuerpo de estrellas de mar y comienzan a crecer, aprovechando los nutrientes del animal y, ocasionalmente, sus sistemas reproductivos.
La foto muestra un inusual agrupamiento de erizos de mar y un crinoideo, que habitan áreas rocosas y elevadas. Según los científicos, los crinoideos suelen vivir en estos lugares para conseguir acceso a la alimentación a través de las corrientes. Sin embargo, esta zona no es común para los erizos de mar.
Se trata de uno de los ctenóforos inusuales documentados durante la inmersión en la montaña submarina Ahyi de la fosa de las Marianas cuya profundidad máxima en el abismo Challenger es de unos 11.000 metros.