Dos mil millones de personas viven en zonas áridas, que cubren el 41 por ciento de la superficie terrestre del mundo. Lejos de ser vacías y sin vida, estas tierras secas contienen árboles y bosques que son esenciales para la vida de las personas y animales que viven en ellas, abasteciendo las necesidades básicas como la alimentación, la medicina, la energía y el forraje para el ganado.
Pero cada minuto, perdemos 23 hectáreas de tierra a la desertificación.
La restauración de estas tierras devolverá la vida al suelo y a las comunidades que dependen de ellas para sus medios de vida. A medida que crecen los árboles y las plantas, transformando las tierras secas en paisajes más verdes, ayudarán a luchar contra el cambio climático y la desertificación y contribuirán a los esfuerzos de la humanidad para salvar el planeta.
Durante milenios, las tierras secas han sido modeladas por una combinación de bajas precipitaciones, sequías y olas de calor, así como por actividades humanas tales como el uso del fuego, el pastoreo, la recolección de madera y productos forestales no madereros (PFNM) y el cultivo de la tierra. La característica principal de las tierras secas es la escasez de agua, que afecta tanto los ecosistemas naturales como los gestionados por el hombre, y que limita la producción de ganado, cultivos, madera, forraje, etc., además de perturbar el suministro de muchos de los servicios medioambientales. Los suelos de las zonas secas tienden a ser vulnerables a la erosión hídrica y eólica al estar expuestos a una intensa meteorización. Estos suelos también se caracterizan por una baja fertilidad debido al bajo contenido de materia orgánica en su capa superior.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) clasifica las tierras secas según su índice de aridez (IA), es decir, la relación entre la precipitación media anual y la evapotranspiración potencial. Se considera que una zona es seca cuando presenta un IA inferior a 0,65. El sistema de clasificación del PNUMA subdivide las tierras secas en base al IA en: hiperáridas, áridas, semiáridas y secas subhúmedas.