Hasta la llegada de la misión internacional Cassini-Huygens a Saturno en 2004, este gigante gaseoso, su intricado sistema de anillos y sus enigmáticas lunas constituían un gran misterio.
El 14 de enero de 2005, la sonda Huygens de la ESA desveló lo que se ocultaba bajo la densa atmósfera de la mayor luna saturniana, Titán, al efectuar el primer aterrizaje exitoso sobre un cuerpo del Sistema Solar exterior.
A lo largo de las dos horas y media que duró el descenso en paracaídas, fueron apareciendo entre la bruma formaciones extraordinariamente parecidas a las costas y sistemas fluviales de la Tierra. No obstante, dadas las temperaturas superficiales de unos -180 ºC, en lugar de agua, estas figuras habían sido excavadas por metano, un compuesto orgánico simple.
Aquí se muestra un conjunto de imágenes capturado por Huygens, que ofrece una vista a 2 km de altitud. Se trata de una proyección de Mercator, por lo que las direcciones N-S/E-O se cruzan en los ángulos correctos, pero las áreas aparecen distorsionadas.
Huygens se posó sobre una superficie helada, salpicada de guijarros, y continuó transmitiendo datos a la nave nodriza durante 72 minutos, hasta que Cassini desapareció en el horizonte. Estos datos constituyen un tesoro único de mediciones in situ que los científicos aún hoy siguen estudiando.
En sus 13 años de odisea en el sistema saturniano, Cassini ha efectuado 127 sobrevuelos cercanos en Titán, incluyendo el cartografiado por radar de su superficie —aun antes del descenso de Huygens— y el descubrimiento de numerosos lagos y mares de hidrocarburos, que prueban la existencia de un océano global de agua bajo su gruesa corteza, así como un atmósfera repleta de sustancias prebióticas. Se cree que la atmósfera de Titán sería similar a la de la Tierra antes de que se desarrollase la vida, por lo que podría considerarse un laboratorio a escala planetaria para comprender las reacciones químicas que desencadenaron la vida en nuestro planeta.
Cassini también observó los cambios estacionales en Titán a lo largo del tiempo, incluido el desarrollo de un remolino y nubes de lluvia de metano que se precipitaron sobre la superficie.
Titán también sirvió de apoyo gravitacional para impulsar a Cassini durante su misión, modificando su trayectoria para continuar la exploración del sistema saturniano. Esta noche (19:04 GMT), Cassini efectuará su último sobrevuelo lejano de Titán, que los planificadores de la misión han bautizado como ‘beso de despedida’, con la nave a 119.049 km de su superficie.
Con este sobrevuelo, la suerte de Cassini está echada, ya que la nave irá frenando lentamente en su órbita alrededor de Saturno y disminuyendo su altitud. De esta forma acabará sumergiéndose en su atmósfera y posándose de la forma más segura posible para evitar un impacto no planificado sobre alguno de sus inmaculados satélites helados, como Encélado. (Fuente: ESA)