Con el lanzamiento ya en el horizonte, el satélite Aeolus de la ESA se está sometiendo a la última ronda de ensayos para garantizar que esta compleja misión funcionará una vez en órbita. A lo largo del próximo mes, permanecerá en una gran cámara de la que se ha extraído todo el aire para simular el vacío del espacio.
Aeolus aloja uno de los instrumentos más sofisticados nunca puestos en órbita: la sonda Aladin, que incluye dos potentes láseres, un gran telescopio y receptores ultrasensibles.
El láser genera luz ultravioleta que se proyecta a la atmósfera para obtener un perfil de los vientos de nuestro planeta: un método completamente nuevo de medir el viento desde el espacio.
Los cortes verticales con los que atravesará la atmósfera, junto a la información que recopilará sobre aerosoles y nubes, nos permitirán conocer mejor las dinámicas atmosféricas y contribuirán a la investigación sobre el clima.
Aeolus no solo desempeñará un papel clave en el avance científico, sino también en la mejora de las previsiones meteorológicas.
Transportar una tecnología totalmente novedosa ha supuesto varios retos durante el desarrollo, pero la evolución de la tecnología espacial nunca es fácil.
Una vez superadas las dificultades, el satélite ahora está pasando por sus últimas pruebas en Bélgica antes de su envío a la Guayana Francesa para el lanzamiento, previsto para mediados del año que viene.
Tras pasar la primavera en las instalaciones de Airbus Defence and Space en Toulouse (Francia), donde se comprobó que pudiera soportar las vibraciones y el ruido del despegue y el viaje por el espacio, Aeolus lleva desde mayo en el Centre Spatial de Liège (Bélgica).
Allí, acaba de encerrarse en la cámara de vacío térmico, donde permanecerá unos 30 días.
Con el satélite recién introducido, la puerta de la cámara se cerró hace algunos días y el aire se extrajo mediante una bomba para crear el vacío.
Denny Wernham, responsable del instrumento Aladin de la ESA, lo explica así: “Sacar de la cámara el aire y otros gases del satélite lleva su tiempo, pero finalmente el 31 de octubre se alcanzó la fase de ‘vacío fuerte’”.
“Las pruebas previstas continuarán sin interrupciones durante los próximos 33 días. Estamos especialmente interesados en ver cómo el láser transmite sus pulsos de luz ultravioleta y la alineación del instrumento en su entorno”.
“Dado que el vacío simula el entorno espacial, estos ensayos son fundamentales para que tengamos confianza en que todo funcionará correctamente una vez que el satélite orbite a 320 km por encima de nuestras cabezas”.
Una vez completados los ensayos, el satélite regresará a Toulouse para las comprobaciones finales antes de cruzar el Atlántico hasta el Puerto Espacial Europeo de la Guayana Francesa, de donde despegará a bordo de un cohete Vega. (Fuente: ESA)