En Ceres abundan los minerales que contienen agua, lo cual sugiere que este miniplaneta o planeta enano pudo albergar en el pasado un gran océano. ¿Qué le sucedió a ese mar? ¿Podría tener Ceres todavía agua líquida en la actualidad? Dos nuevos estudios basados en datos reunidos por la misión Dawn de la NASA (agencia espacial estadounidense) aportan conclusiones interesantes al respecto.
El equipo de la Dawn halló que la corteza de Ceres es una mezcla de hielo, sales y materiales hidratados que fueron sometidos a una significativa actividad geológica en el pasado y posiblemente en tiempos recientes, y que esta corteza es en muchos aspectos una huella de buena parte de aquel antiguo océano. El segundo estudio ahonda en algunas cuestiones tocadas por el primero y sus conclusiones sugieren que existe una capa más blanda y fácilmente deformable bajo la rígida corteza de Ceres, lo cual podría ser también la firma del líquido residual que quedó del océano.
Julie Castillo-Rogez, científica de la misión Dawn, es coautora de ambos estudios y trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, Estados Unidos.
En el primero de los dos estudios, en el que ha trabajado también Anton Ermakov, del JPL, se usaron mediciones de la gravedad obtenidas en la misión de la Dawn para determinar la estructura y la composición internas de Ceres.
Los resultados apoyan la posibilidad de que Ceres esté geológicamente activo (o lo haya estado en el pasado reciente). Tres cráteres (Occator, Kerwan y Yalode) y la única montaña alta de Ceres, Ahuna Mons, están todos asociados con anomalías gravitatorias bastante significativas. En otras palabras, lo que observó la Dawn en estas cuatro ubicaciones presenta discrepancias delatadoras con respecto a los modelos científicos de la gravedad de Ceres. Tales discrepancias concuerdan con lo que cabría esperar de estructuras geológicas bajo la superficie propias de la existencia del antiguo mar.
En el segundo estudio, en el que también ha trabajado Roger Fu de la Universidad Harvard en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, se investigó la resistencia y composición de la corteza de Ceres y del interior más profundo de este, mediante el análisis de la topografía del planeta enano.
Modelando cómo fluye la corteza de Ceres, Fu y sus colegas hallaron que probablemente está hecha en buena parte de una mezcla de hielo, sales, roca y un componente adicional que entraría en la categoría de los clatratos.
Los investigadores opinan que Ceres tuvo en el pasado estructuras superficiales más pronunciadas, pero que se han suavizado con el paso del tiempo. Este tipo de aplanamiento de las montañas y los valles precisa de una corteza de alta resistencia descansando sobre una capa más deformable, que Fu y sus colegas interpretan como poseedora de un poco de líquido.
El equipo piensa que desde hace bastante tiempo la mayor parte del antiguo océano de Ceres está congelada e integrada en la corteza, en forma de hielo, clatratos y sales. Pero si existe líquido residual debajo, ese océano no está aún totalmente congelado. Esto concuerda con varios modelos teóricos de evolución térmica de Ceres publicados con anterioridad a la llegada de la Dawn al miniplaneta, respaldando la idea de que el interior más profundo de Ceres contiene líquido dejado por su arcaico océano.