Unos investigadores del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), en Estados Unidos, han construido un conmutador superconductor que “aprende” como un sistema biológico y que podría conectar procesadores y memorias de almacenamiento en futuros ordenadores que operen como el cerebro humano.
El conmutador desarrollado por el equipo del físico Mike Schneider, del NIST, se denomina sinapsis, como su homólogo biológico, y constituye una pieza clave que les faltaba a las llamadas computadoras neuromórficas. Ideadas como un nuevo tipo de inteligencia artificial, tales ordenadores podrían llevar a un nuevo nivel la percepción y la toma de decisiones en aplicaciones como los coches autoconducidos.
Una sinapsis es una conexión o conmutador entre dos células cerebrales. La sinapsis artificial del NIST (un cilindro metálico achaparrado con un diámetro de 10 micrómetros) es como la real porque puede procesar señales (picos eléctricos entrantes) para ajustar las correspondientes señales de salida. Este procesamiento está basado en un diseño interno muy adaptable que puede ser ajustado por la experiencia o el entorno. Cuantas más señales se transmitan entre células o procesadores, más fuerte será la conexión. Tanto las sinapsis reales como las artificiales pueden así mantener circuitos antiguos y crear otros nuevos. La sinapsis del NIST supera por mucho a las biológicas en un aspecto: puede disparar sus señales mucho más rápido de lo que se disparan en el cerebro humano (1.000 millones de veces por segundo, frente a las 50 veces por segundo de las células cerebrales) usando muy poca energía, aproximadamente una diezmilésima parte de la empleada por una sinapsis humana.