Un equipo internacional de investigadores, en el que colaboran científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (España), presenta un estudio detallado de la evolución de la nebulosa que rodea a la estrella simbiótica R Aquarii, el cual abarca más de dos décadas de observaciones. Para la elaboración de este trabajo se han utilizado telescopios del Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, y de Chile.
Cuando hablamos de distancias astronómicas, los 600 años luz que nos separan de la nebulosa formada en torno a R Aquarii, la sitúan muy cerca de nosotros. Esta estrella simbiótica está formada por una gigante roja y una enana blanca, cuya relación provoca una magnífica nebulosa producida por la expulsión de material de este sistema binario.
El sistema R Aquarii, que recibe este nombre por su ubicación aparente en la constelación de Acuario, es un claro ejemplo de los efectos que producen las interacciones gravitatorias entre las estrellas. En los últimos estadios de su evolución, cuando las estrellas como el Sol crecen hasta alcanzar dimensiones gigantescas, la atracción ejercida por una estrella cercana puede determinar su evolución y destino. Al igual que sucede con R Aquarii, la materia perdida por una estrella puede dar lugar a nebulosas complejas aunque simétricas y, durante el proceso, se pueden formar jets –chorros de salida de material-, muy comunes alrededor de las estrellas binarias, los agujeros negros o en el centro de las galaxias supermasivas.
El jet de R Aquarii es el más cercano conocido, lo que permite a los especialistas estudiar estos complejos físicos con un detalle sin precedentes. Debido a su proximidad, se puede seguir en tiempo real tanto la evolución de la nebulosa como la del jet, un estudio que se lleva haciendo desde hace más de 20 años y que se ha publicado recientemente en la revista Astronomy & Astrophysics (A&A). Para este seguimiento se han utilizado telescopios del Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma) y de Chile.
La autora principal del artículo y estudiante de doctorado en el Observatorio de Tartu (Estonia), Tiina Liimets, explica que “mientras que la nebulosa se expande de manera regular, el jet muestra un comportamiento extremadamente complejo”. Las observaciones indican que los jets se componen de múltiples “nudos” de material que no parecen fluir linealmente desde el centro. Por el contrario, “parecen moverse en direcciones aparentemente aleatorias, fundiéndose y separándose, apareciendo y desapareciendo de la vista”, afirma David Jones, investigador del IAC y otro de los autores del trabajo. Según Romano Corradi, director del Gran Telescopio Canarias, coautor de la publicación y promotor del proyecto desde hace 25 años, “esto indica que, en las escalas observadas, existen otros factores externos que determinan la evolución y curvatura aparente del jet, como pueden ser los cambios en la iluminación de las estrellas centrales”. En cualquier caso, Liimets tiene claro que continuarán el seguimiento de la evolución de R Aquarii en las próximas décadas “aprovechando la próxima generación de telescopios e instrumentos, que proporcionarán más información sobre esta nebulosa y los procesos que regulan la formación de los jets”.
Los Observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) forman parte de la red de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) de España. (Fuente: IAC)