En los últimos años ha crecido el interés por recuperar los partos en el hogar a pesar de las garantías que ofrece la hospitalización. En este contexto una investigación de la Universidad de León (España) ha analizado cómo eran los nacimientos en la España rural del siglo XX, cuando aún no se había generalizado el traslado a centros hospitalarios, y han sacado conclusiones que se pueden aplicar en la actualidad.

 

“Queríamos confirmar la transición ocurrida en España en las décadas centrales del siglo XX entre un modelo de atención al parto fundamentalmente en el ámbito domiciliario y un escenario en el que los partos comenzaron a ocurrir casi exclusivamente en el ámbito hospitalario”, explica a DiCYT Elena Andina Díaz, investigadora del grupo Salud, Bienestar y Sostenibilidad Sociosanitaria (SALBIS) de la Universidad de León.

 

Además, el estudio, publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, trata de “definir el entramado relacional de los partos asistidos en el domicilio, es decir, las personas que participaban en los partos en el hogar”; y de analizar si existía alguna influencia geográfica en ello.

 

En la investigación participaron 19 mujeres que dieron a luz en el hogar a mediados del siglo XX en áreas rurales. En concreto, se llevó a cabo en las 16 localidades pertenecientes a los ayuntamientos de Almanza y Cebanico, en la comarca de Sahagún (León).

 

Los resultados pusieron de manifiesto tres aspectos esenciales que están de actualidad: la importancia de profesionales sanitarios en la asistencia al parto domiciliario; la importancia de la red cercana a la parturienta; y la influencia del posicionamiento geográfico de los actores implicados en el momento del parto. “Todos estos factores deben ser tenidos en consideración a la hora de plantear estrategias de salud maternal”, afirma la experta.

 

La red cercana a la parturienta está integrada por diversos actores, como la madre, el marido o las hermanas, que tenían “un papel primordial muy cercano al de los profesionales sanitarios”. En ese sentido, “muchos los estudios actuales apuntan, precisamente, a dar protagonismo a esa red, para que actúe como acompañante y de soporte emocional y cultural”.

 

El proceso de atención domiciliaria adquiría una dimensión comunitaria. “En las poblaciones rurales donde los profesionales sanitarios y las parteras prestaban atención, se generó una suerte de capital social comunitario que acabó tejiendo una red de contactos formales e informales que se activó para hacer frente a demandas sociosanitarias. Este hallazgo evidenció el poder de los recursos informales de apoyo en la prestación de servicios y en la calidad de los cuidados de salud y asistencia social”, comenta Elena Andina.

 

Desde el punto de vista geográfico, tanto parteras como profesionales sanitarios permitían conectar las localidades, además de conectar a las mujeres entre sí por medio de la atención que prestaban de forma simultánea en diversas localidades. “Esta función de conectividad resultaba determinante porque había dificultades para comunicar unas localidades con otras. Si trasladamos al presente esa función de conectividad, puede ser útil a la hora de planificar ubicaciones geográficas óptimas de un servicio de salud o de un profesional sanitario, y promover accesos equitativos”, apunta la experta.

 

Para llevar a cabo el análisis de los datos los investigadores utilizaron un método de análisis de redes sociales (ARS) que está basado en la teoría de grafos y que permite analizar el tipo de vínculos, la dirección e intensidad de las relaciones, la importancia de la posición dentro de un grupo, o las subagrupaciones que pueden formarse en las redes sociales. “Se trata de una metodología interesante para aplicar en el ámbito comunitario, como era nuestro caso”, subraya.

 

Este método permitió destacar la figura del médico dentro del entramado asistencial del parto domiciliario. “En el momento actual, cuando diversas organizaciones y asociaciones plantean la posibilidad de retornar al domicilio como escenario más propicio para el momento del parto, no debemos olvidar este hecho”, comenta la investigadora.

 

Según explica, en muchos países, la atención sanitaria permite varias opciones de cara al parto: hospital, casa de partos o domicilio. La intimidad, la dignidad, la libertad y la comodidad, así como el respeto a las dimensiones emocionales y culturales de la mujer, entre otros, son motivos que explican este fenómeno. En cualquier caso, “lo que no se puede obviar en pleno siglo XXI es que el parto domiciliario debe estar atendido por profesionales preparados para ello, que aporten la seguridad al proceso. En este caso ya no son los médicos, sino las matronas tituladas y formadas específicamente en la atención a este tipo de parto, las profesionales que cogen el relevo de la atención al parto en el domicilio”.

 

Además de Elena Andina, también ha participado en este estudio por parte del grupo SALBIS Pilar Marqués; así como María Antonia Ovalle, Ignacio Ramos, Francisca Camacho y José Siles, de varias universidades de España y Colombia. “Nos gustaría continuar desarrollando proyectos en los que maridar metodologías cualitativas con el ARS, de manera prospectiva o retrospectiva. De hecho, en el V Workshop de Investigación y V Summer Course en ARS y Salud, que estamos organizando para junio de 2019 en El Bierzo, sorprenderemos con alguna de ellas”, comenta la investigadora. (Fuente: José Pichel Andrés/DICYT)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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