En los últimos años, con la incorporación de la línea ‘Ciencia en Sociedad’ en los diferentes programas europeos de investigación y, en España, desde la declaración en 2007 del Año de la Ciencia, el número y la variedad de las actividades de comunicación y divulgación científica ha crecido exponencialmente.
Pese a que las exigencias de calidad, eficacia y eficiencia de las acciones de divulgación son cada vez mayores, existe una carencia de metodologías e indicadores fiables para la evaluación de los resultados obtenidos por estas actividades que permitan obtener un análisis mucho más profundo, más allá de los datos meramente cualitativos.
Con el objetivo de contribuir a paliar este vacío, un equipo de investigadores de la Universidad de Burgos (UBU) y de la Fundación 3CIN (Centro de Estudios para la Ciencia, la Cultura Científica y la Innovación) (España) ha puesto en marcha el proyecto ‘Evaluación de actividades de divulgación desde el enfoque RRI. Una propuesta metodológica a partir de un estudio de caso: Hiperbaric Challenge’, que ha sido financiado en la última Convocatoria de ayudas para el Fomento de la Cultura Científica, Tecnológica y de la Innovación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
El trabajo, dirigido por la investigadora Silvia Ubillos, directora del Área de Psicología Social de la UBU, tiene como objetivo la construcción de una guía metodológica que permita a los responsables de las actuaciones de divulgación evaluar, cuantitativa y cualitativamente, el impacto a corto, medio y largo plazo conseguido en función de las diferentes dimensiones de RRI consideradas durante el diseño de la actividad.
La Investigación e Innovación Responsables o RRI (por las siglas en inglés de Responsible Research and Innovation) es un enfoque de trabajo referente en Horizonte 2020, el programa de la Unión Europea para la investigación y la innovación desde 2014. Se trata de un concepto nuevo, con solo 10 años de vida, que busca dar un paso más allá en las relaciones entre investigación, innovación y sociedad, integrando un amplio abanico de posibles líneas de trabajo como son la participación ciudadana, el acceso abierto, la igualdad de género, la educación científica, la ética y la gobernanza.
Para evaluar actividades de divulgación científica desde el enfoque RRI, el proyecto plantea la adaptación y puesta a punto de una serie de instrumentos de medida procedentes de otras disciplinas, en concreto, de la Psicología Social, cuya eficacia ya ha sido contrastada en la evaluación de programas sanitarios, sociales y educativos.
La metodología mixta propuesta, cuantitativa y cualitativa, se está aplicando a un caso real, la actividad de divulgación científica Hiperbaric Challenge (HC), que desde hace cinco años vienen organizando dos empresas de ámbito tecnológico, Hiperbaric y Desmasa. HC presenta un desafío a jóvenes de tercero y cuarto de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos de FP Básica, de Grado Medio y Superior de toda España para el diseño, construcción y prototipado de un coche de inercia. Los equipos participantes se dan cita en una competición final que se celebra en Burgos en el mes de junio e incluye la presentación del proyecto y una carrera en el circuito urbano poniendo a prueba sus prototipos ante un jurado.
HC pretende estimular los conocimientos y capacidades científico-tecnológicas de los jóvenes, fomentar su vocación científica, favorecer la participación y el acercamiento de las chicas al ámbito de la ingeniería, acercar a los estudiantes pre-universitarios y de grados formativos al mundo de la innovación, favorecer la adquisición de valores como la excelencia y de destrezas transversales como la capacidad de trabajo en equipo, la gestión de recursos o la comunicación en público.
Teniendo en cuenta estos objetivos, el equipo de investigación evaluará cuatro dimensiones de la RRI: la participación (la proporción de estudiantes participantes y el impacto del programa en la comunidad); la educación científica, la ética y las actitudes y valores hacia la ciencia (la modificación en las vocaciones científicas y tecnológicas, el trabajo en equipo, el incremento de la curiosidad, la capacidad de liderazgo, creatividad, la adquisición o mejora de capacidades transversales, etc.); el género (si existen diferencias en la cobertura e impacto del programa en los estudiantes en función del género), y la ciencia abierta (las dinámicas de trabajo colaborativo, la utilización de recursos abiertos, la proactividad en la generación de materiales y las actitudes acerca del valor del conocimiento abierto).
Para evaluar estas dimensiones a corto y medio plazo, los investigadores realizarán tres test, antes, justo al finalizar y cuatro meses después del concurso, celebrado el pasado 23 de junio. Los test se aplicarán a un Grupo Experimental, compuesto por los jóvenes participantes en HC este año; y a un Grupo Control, formado por otros jóvenes procedentes de los mismos centros, pero no participantes. Para evaluar el impacto en la comunidad, también se han llevado a cabo tres grupos de enfoque con tutores y mentores de los equipo participantes en HC, con padres y madres, y con participantes. Por otro lado, con el objetivo de evaluar el impacto de HC a largo plazo, los investigadores están realizando entrevistas en profundidad a participantes en la primera edición de HC, la de 2014.
En el desarrollo del proyecto participan, además del equipo de trabajo de Silvia Ubillos, el equipo de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Universidad de Burgos, encabezado por Jordi Rovira; y la Unidad de Investigación de la Fundación 3CIN, dirigida por Ana Victoria Pérez con el apoyo técnico de Cristina González Pedraz. El proyecto cuenta también con la estrecha colaboración de Aitor Vicario Fernández, por parte de Hiperbaric y Desmasa. (Fuente: CGP/DICYT)