A primera vista, esta imagen parece inundada por el efecto de nieve que produce la electricidad estática, pero no, no es un problema de visualización.
No se trata de ruido estático ni de pixelado: cada punto de luz en esta imagen es una galaxia distante detectada por el observatorio espacial Herschel de la ESA. Cada una de estas minúsculas marcas representa el ‘calor’ que emanan los granos de polvo que se hallan entre las estrellas de cada galaxia. Esta radiación ha tardado miles de millones de años en llegar a nosotros y, en la mayoría de casos, se emitió mucho antes de que se formaran la Tierra y el Sistema Solar.
La imagen muestra un mapa del polo norte galáctico capturado por el receptor de imágenes espectrales y fotométricas SPIRE de Herschel. Al igual que sucede con la Tierra, los astrónomos utilizan un sistema de coordenadas para definir las distintas ubicaciones a escala cósmica. En el caso de la Vía Láctea, este sistema de coordenadas es esférico, con el Sol en el centro, y ofrece valores de longitud y latitud en el firmamento con respecto a nuestra galaxia.
El polo norte galáctico se encuentra lejos del disco de la Vía Láctea y ofrece una vista clara y sin obstáculos del Universo distante, más allá de nuestra galaxia anfitriona. Se sitúa en algún lugar en la constelación boreal de Coma Berenices (Cabellera de Berenice), una región que también alberga un rico cúmulo galáctico conocido como el Cúmulo de Coma. Da la casualidad de que este cúmulo está incluido en este mapa, lo que suma más de mil puntos de luz más al recuento de galaxias individuales.
Herschel, que permaneció activo entre 2009 y 2013, empleó sus instrumentos para estudiar el firmamento en el infrarrojo lejano. SPIRE resultó especialmente útil para cartografiar grandes áreas, y observó el polo norte galáctico con tres filtros distintos al mismo tiempo, por lo que sus observaciones se pueden utilizar para producir imágenes multicolor.
La imagen constituye un mapa de un solo filtro, se obtuvo a una longitud de onda de 250 μm como parte del programa H-ATLAS (Herschel Astrophysical Terahertz Large Area Survey) y abarca unos 180,1 grados cuadrados del firmamento. Durante el proyecto se utilizaron SPIRE y otro instrumento de Herschel, PACS (cámara y espectrómetro con conjuntos de detectores fotoconductores) para explorar unos 660 grados cuadrados del cielo en cinco bandas de longitud de onda y producir los mapas del infrarrojo lejano más completos jamás elaborados más allá de nuestra galaxia. (Fuente: ESA)