Hadrian X se compone de un brazo robótico montado en un camión convencional, de manera que el vehículo se puede colocar con facilidad en el punto deseado para llevar a cabo el trabajo. No obstante, también es posible montarlo en otras bases, como pistas, barcos y grúas, por lo que puede desempeñar sus funciones en una amplia variedad de entornos.
Para funcionar, este robot de construcción requiere una interacción humana mínima y utiliza tecnología de estabilización dinámica (DST por sus siglas en inglés), que le permite medir todos los detalles y variables que afectan a la colocación de los ladrillos para que el trabajo siempre sea perfecto. Así, Hadrian X mide el movimiento generado por el viento, la vibración o la inercia, y los contrarresta en tiempo real mediante algoritmos avanzados. De acuerdo con Fastbrick Robotic, el resultado es una precisión sin precedentes.
El sistema de control del autómata utiliza CAD para crear un modelo 3D del diseño del edificio, que después se emplea para calcular los materiales necesarios para construirlo y que el robot sepa cómo hacerlo. Los ladrillos que usa Hadrian X están especialmente desarrollados y son unas 12 veces más grandes que los convencionales, así como más ligeros y resistentes. En lugar de mortero tradicional, los ladrillos se pegan entre sí mediante un adhesivo especial más fuerte y de acción más rápida: solo hacen falta 45 minutos para que esté seco.
Según Fastbrick Robotic, cada unidad Hadrian X puede construir un hogar de tamaño estándar en una media de dos días. En un entorno adecuado y trabajando de manera continua, cada robot podría levantar entre 100 y 300 casas al año. No obstante, la compañía señala que los albañiles no tienen que tener al robot, ya que ha sido diseñado para ayudarles y no para sustituirles. “Les permite alejarse de tareas laboriosas, inseguras y físicamente exigentes para pasar a roles más inteligentes y seguros, que ofrecen una trayectoria profesional físicamente sostenible”, explica la empresa.
Fuente: Tecnoxplora