Alrededor del 10% de los estudiantes universitarios españoles declara haber tenido pensamientos suicidas, y algo menos del 1%, haber realizado una tentativa de suicidio, en los últimos 12 meses, sin que se hayan detectado diferencias en función del sexo de los encuestados.
Estos datos se extraen del proyecto UNIVERSAL (Universidad y Salud Mental), un proyecto multicéntrico español, coordinado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), que ha estudiado los factores asociados a la salud mental en los jóvenes que inician los estudios universitarios, además de identificar aquellos factores que promueven la salud mental o que la ponen en riesgo.
El estudio se ha llevado a cabo a través de encuestas a 2.118 alumnos de cinco universidades españolas: Universidad Pompeu Fabra, Universidad de las Islas Baleares, Universidad del País Vasco, Universidad de Cádiz y Universidad Miguel Hernández. Se trata del primer trabajo de estas características realizado en el Estado y los resultados han sido publicados en la revista Suicide and Life-Threatening Behavior.
“Los principales factores de riesgo de la ideación suicida incluyen aspectos familiares, acontecimientos estresantes recientes, así como la salud mental actual”, señala María Jesús Blasco, psicóloga clínica y primera firmante del artículo. Entre estos factores de riesgo se encuentran: la psicopatología de los padres, agresión sexual o violación en el año previo, sufrir o haber sufrido un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad.
“El estudio también identifica factores protectores de la ideación suicida, como son las relaciones positivas con los iguales y con la familia durante la infancia”, declara Blasco.
El proyecto incluye el seguimiento durante varios años de los estudiantes, lo que permitirá identificar perfiles de riesgo individualizados. “Estos primeros resultados ponen de manifiesto la necesidad de detectar de forma activa y precoz el riesgo de ideación y conducta suicida en los estudiantes universitarios para poder ofrecer atención eficaz”, explica Jordi Alonso, coordinador de UNIVERSAL, director del Programa de Epidemiología y Salud Pública del IMIM, catedrático de la UPF e investigador CIBERESP.
“Muchos de los primeros episodios depresivos aparecen durante la adolescencia, así como la mayoría de las enfermedades mentales. La combinación de la elevada prevalencia de los trastornos mentales y el deterioro funcional que comportan, debería promover el establecimiento de intervenciones preventivas que disminuyeran su impacto y que ayudaran a mejorar la salud mental futura, sobre todo en los casos de depresión mayor y ansiedad generalizada”, indica Victor Pérez, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar y coordinador del grupo de investigación en Salud Mental del IMIM.
Por otra parte, otro estudio muestra que el 31,4% de los estudiantes universitarios ha sufrido algún trastorno mental durante en el primer año académico. Jordi Alonso, que ha coordinado este trabajo liderado por la World Mental Health, ha compilado en tres años 13.984 cuestionarios de alumnos de primer año de universidad de ocho países (Australia, Bélgica, Alemania, México, Irlanda del Norte, Sudáfrica, España y EE UU) y de 19 universidades diferentes, siete privadas y doce públicas.
Los resultados han mostrado que uno de cada tres estudiantes ha sufrido algún trastorno mental en el primer año académico en la Universidad, y en uno de cada cinco casos los trastornos les han generado problemas de desarrollo, no solo a nivel académico, sino que ha habido una afectación de la vida social, las relaciones personales y del trabajo.
“Hemos estudiado qué afectación tenían los trastornos de salud mental de estos alumnos en su desarrollo, y hemos encontrado que en el 20,4% de los casos generan una incapacidad grave, sobre todo si los alumnos sufrían depresión mayor, ansiedad generalizada o trastorno de pánico”, recalca Alonso. “Además, esta relación se mantenía en todos los países estudiados” añade.
“Se trata de un estudio necesario ya que el inicio de la etapa universitaria es un momento clave para el desarrollo personal y vital del estudiante. Conocer la prevalencia de estos trastornos y cómo afectan al estudiante en sus diferentes ámbitos es fundamental para conseguir reducir el sufrimiento individual de los pacientes y de sus familias”, concluye el experto.
Los trastornos mentales son uno de los problemas de salud pública más relevantes en Europa, generando un impacto económico equivalente al 4% del PIB en la UE. Contribuyen de forma sustancial a la discapacidad en la población general y, entre los estudiantes, tienen un impacto considerable en el rendimiento académico, son fuertes predictores de la deserción escolar y, en general, están asociados con menor ocupación a la edad adulta. (Fuente: IMIM)