El problema de autonomía de los drones podría quedar resuelto en poco tiempo gracias a un sistema de carga láser que ha desarrollado por el Centro de Investigación, Electrónica y Desarrollo de Comunicaciones Electrónicas del ejército de Estados Unidos, con sede en Maryland. Se trata de una plataforma de emisión de energía que combina el uso de láseres de alta precisión y células fotovoltaicas de gran eficiencia.
Para funcionar, un equipo situado en tierra firme dispara el láser, apuntando directamente a una célula fotovoltaica instalada en el dron. Después, este componente convierte la luz en electricidad para suministrar energía al avión no tripulado. El objetivo del proyecto es conseguir cargar drones utilizando este sistema a una distancia de 500 metros.
El principio de combinar láseres con células fotovoltaicas no es algo nuevo y ya están experimentando con él otros equipos y compañías. Por ejemplo, es el sistema de carga de energía empleado por RoboFly, el minidron inspirado en las moscas desarrollado por la Universidad de Washington.
El principal problema al que se tiene que enfrentar esta solución es la elevada temperatura que se genera en el proceso de transmisión de energía, ya que puede hacer que el avión no tripulado se incendie o se derrita alguno de sus componentes. “El mayor desafío que vemos es la gestión térmica”, explica en New Scientist William Rowley, uno de los miembros del proyecto militar.
En la actualidad, los investigadores del ejército están trabajando para optimizar el sistema lo suficiente como para poder impulsar un dron desde el suelo a principios de 2019. El siguiente paso consistirá en alimentar los aviones no tripulados disparando el láser desde el aire, algo que el equipo cree que será factible en 2020.
Fuente: lasexta.com