Varios teóricos han propuesto escenarios en los que existen múltiples tipos de materia oscura. Pero si esta consiste en varios componentes no relacionados, cada uno requeriría una explicación distinta para su origen, lo que hace que los modelos sean muy complejos. Uno de esos componentes correspondería a los agujeros negros, en especial los de un tipo hipotético denominado “primordial”.
El equipo de Miguel Zumalacárregui, del Centro de Física Cosmológica, dependiente de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, ha examinado minuciosamente la posibilidad de que una parte significativa de la materia oscura pueda atribuirse a agujeros negros.
Basándose en un análisis estadístico de 740 supernovas muy brillantes, y en el hecho de que el brillo de ninguna de ellas mostró indicios de haber sido amplificado por “lente gravitatoria” de algún agujero negro oculto, los autores del nuevo estudio han llegado a la conclusión de que los agujeros negros primordiales no pueden conformar más del 40 por ciento de la materia oscura en el universo. Estos agujeros negros primordiales pudieron haber sido creados solo dentro de los primeros milisegundos tras el Big Bang, como regiones del universo con una masa concentrada decenas o cientos de veces superior a la del Sol, colapsadas en forma de objetos del orden del centenar de kilómetros de diámetro.
Un reanálisis aún no presentado oficialmente, realizado por el mismo equipo usando una lista actualizada de 1.040 supernovas, recorta a la mitad el citado límite, hasta un máximo de alrededor de un 23 por ciento, cerrando aún más la puerta a la propuesta de que la materia oscura esté compuesta por agujeros negros.
Todo apunta a que difícilmente la materia oscura del universo consistirá en agujeros negros pesados, o en objetos comparables, incluyendo los MACHOs.
Fuente: noticiasdelaciencia.com