Los compuestos que probaron los científicos provienen de una biblioteca de 418 “inhibidores de la quinasa” diferentes. Las quinasas se dirigen a una amplia gama de vías de señalización dentro de las células, regulando funciones celulares críticas como la transcripción y traducción de ADN y el metabolismo celular. Aparentemente, estas vías incluyen aquellas que pueden revertir la latencia del virus VIH-1 que se ha integrado en el genoma humano.
Por lo tanto, la investigación podría conducir a formas de suprimir permanentemente las infecciones por el VIH, según destaca uno de los miembros del equipo, Benni E. Vargas, estudiante de Microbiología e Inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos.
Los investigadores infectaron la línea celular con el VIH-1 que luego se volvió inactivo dentro de las células. El virus contenía un “gen informador”, que se iluminaría durante la reactivación para que los científicos supieran si se producía la reactivación. Después, se suministró a los cultivos celulares un compuesto de molécula pequeña activadora de VIH-1, y se expuso cada cultivo a uno de los 418 inhibidores de quinasa diferentes.
“Es necesario comprender los mecanismos y las vías de señalización mediante las cuales la célula huésped regula la latencia y reactivación del VIH-1 –dice Vargas–. ¿Qué mejor manera de identificar estas vías de señalización del huésped que detectar una biblioteca completa de medicamentos que apuntan a diferentes partes de la vía de señalización del huésped?”.
Un inconveniente potencial de los inhibidores de la quinasa es la posible toxicidad para las células humanas, según Vargas. Los científicos midieron la toxicidad evaluando la producción celular de ATP, un compuesto que se fabrica en las células que funciona como combustible celular, dentro de los diminutos motores celulares, las mitocondrias. Una notable reducción en la cantidad de ATP en comparación con la normal indicaría toxicidad, según Vargas.
Un total de 12 inhibidores de la quinasa bloquearon la reactivación independientemente del agente de inversión de la latencia, y dos de ellos lo hicieron con una toxicidad mínima. La motivación que llevó a realizar esta investigación fue que varios otros grupos habían identificado previamente inhibidores de las quinasas que bloquean la reactivación del provirus latente del VIH-1, explica Vargas.
Fuente: infosalus.com