Muchos perros son sacrificados innecesariamente en Brasil cuando se cree que albergan el parásito causante de la leishmaniasis en humanos. Pero un avance científico puede evitar esta dramática situación: una nariz electrónica desarrollada por la Universidad de Lancaster (Reino Unido) ha demostrado una precisión del 95 por ciento en la identificación de la enfermedad que puede resultar mortal.
A nivel mundial, más de 350 millones de personas están en riesgo de infección, con cerca de 300.000 casos estimados al año, y aproximadamente 3.500 muertes anuales solo en Brasil. Aunque los medicamentos terapéuticos están disponibles, por el momento no hay vacuna.
Los perros albergan el parásito, que puede transmitirse a los humanos después de que las moscas de la arena piquen a los animales, por lo que cualquier perro infectado es sacrificado preventivamente.
La estudiante de doctorado de la Universidad de Lancaster Monica Staniek fue testigo de primera mano en Brasil cuando se encontró con dueños de mascotas que habían traído perros sospechosos de infección. Era difícil identificarlos con precisión y esto significaba que muchos perros sanos eran sacrificados.
Ahora, un equipo dirigido por el profesor Gordon Hamilton de la misma universidad que trabaja con una compañía llamada RoboScientific ha demostrado que una nueva prueba basada en el olor de perros infectados, que utiliza una nariz electrónica, tiene una precisión cercana al 95 por ciento.
“Recogemos un poco de pelo del perro y lo probamos con nuestra nariz electrónica”, recuerda. Esta puede “oler” el cabello e indicar si el perro está infectado o no. “Es importante que nuestro enfoque pueda detectar el parásito incluso si el perro se ve saludable. Es fácil detectar a un perro enfermo, el problema son los perros que parecen estar bien, pero no lo están”, subraya.
“También significa que los perros infectados pueden identificarse antes para que puedan sacrificarse antes de que transmitan el parásito”, agrega. El enfoque de la nariz electrónica parece ser altamente fiable, fácil de usar y no invasivo, ya que no necesita una muestra de sangre. Su desarrollo también abre oportunidades para diagnosticar la leishmaniasis en humanos y para detectar otras enfermedades tropicales como la malaria, la tripanosomiasis y la enfermedad de Chagas. (Fuente: DICYT)