El Laboratorio de Oftalmología Experimental de la Clínica Universidad de Navarra (España) ha puesto en marcha un proyecto de investigación de prevención de la ceguera a través del estudio de las enfermedades retinianas más prevalentes. En concreto, mantienen abiertas dos líneas de investigación sobre la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y las maculopatías asociadas a la miopía magna, principales causas de ceguera. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 afectarán a 650 millones de personas en el mundo.
“En la Clínica tenemos una línea estable de investigación en enfermedades de retina y hemos identificado que la causa principal de ceguera o baja visión retiniana, en estos momentos, es la degeneración macular. Mientras que una causa creciente es el daño generado en la retina por la alta miopía”, explica el Dr. Alfredo García Layana, especialista del Departamento de Oftalmología de la Clínica y director clínico del Laboratorio de Oftalmología Experimental.
Titulado ‘La ceguera de hoy y de mañana’, este proyecto cuenta con la financiación de Multiópticas y la colaboración de sus socios a través de la recolección de datos a pacientes en las ópticas de la Firma. Así ha quedado reflejado en el acuerdo presentado esta mañana en la Clínica Universidad de Navarra llevado a cabo por Ángel Gómez Montoro, director del Campus Madrid de la Universidad de Navarra en Madrid, y Carlos Crespo, director general de Multiópticas.
“La colaboración de Multiópticas con la Clínica Universidad de Navarra se enmarca dentro de la apuesta de la Cooperativa por fomentar la salud visual entre el mayor número de personas posible, ahora también a través de la investigación”, explica Carlos Crespo.
“Estamos orgullosos de poder contribuir directamente en un proyecto entre ópticos y oftalmólogos, en una investigación que busca prevenir y tratar dos enfermedades que afectan a millones de personas a nivel global”, añade.
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la primera causa de ceguera en personas mayores de 65 años en los países desarrollados y, según la Organización Mundial de la Salud, 186 millones de personas sufrirán están patología en el mundo en 2020.Se trata de una alteración degenerativa de la mácula (la parte central de la retina), responsable de la visión central.
Lo que inicialmente comienza como un acúmulo de material de desecho en las capas de la retina, puede acabar provocando la atrofia de la misma o el desarrollo de una cicatriz que destruye la parte central de la retina.
Todavía no se conoce su causa, pero sí se han demostrado factores que influyen en su desarrollo. “Hay algunos que no se pueden modificar como son la edad o la predisposición familiar, pero sobre otros sí podemos actuar. Es importante que la población sepa que el tabaco es la principal causa modificable de ceguera por degeneración macular, y que existen también factores nutricionales”, reconoce el Dr. García Layana.
“Estamos realizando una investigación para ver la enfermedad desde distintos puntos, tanto a nivel genético, como en modelos preclínicos y ensayos clínicos”, apunta la Dra. Patricia Fernández, directora científica del Laboratorio.
Mientras la DMAE ya es una de las causas más frecuentes de ceguera, las maculopatías asociadas a la miopía magna están viviendo un incremento en sus tasas que, de cara a los próximos años, también se convertirán en uno de los principales motivos de baja visión.
Según la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de miopía magna se está “incrementando globalmente a una velocidad alarmante” y en 2020 se estima que 450 millones de personas la van a sufrir en el mundo.
Actualmente, la maculopatía miópica afecta al 10% de los pacientes con miopía magna. En Europa, la proporción de ceguera que se atribuye a esta patología progresiva oscila entre el 2,6 y el 8,8%. Se trata de una enfermedad incapacitante en personas jóvenes (35-55 años), por lo que, con esta segunda línea de investigación, la Clínica quiere estudiar los mecanismos que llevan a su desarrollo para poder establecer métodos preventivos y posibles terapias efectivas.
“Es una investigación en la que vamos a hacer un estudio global de la enfermedad y, para ello, vamos a analizar a familias que tienen miopía, miopía magna y maculopatía miópica, tres diferentes estadios de gravedad de esta patología”, apunta el Dr. Sergio Recalde, investigador del Área de Genética en Enfermedades Retinianas de la Clínica, para así “realizar estudios genómicos y comprobar si tienen un origen común o presentan diferentes genes según la gravedad de cada estadio”. Los factores ambientales son otro aspecto que se va a estudiar, mediante el seguimiento de sus hábitos diarios.
“En la miopía, los factores más importantes en su desarrollo parecen ser los medioambientales. Por ejemplo, los niños que realizan más actividades al aire libre en la infancia parecen tener menor riesgo de sufrir miopía en edades más avanzadas, porque al parecer, a más horas de trabajo próximo y menos al aire libre, más miopes son los niños”, agrega el Dr. García Layana.
El aumento de la miopía lleva consigo un incremento en el riesgo de que se desarrollen lesiones en la retina y, por lo tanto, de tener baja visión. (Fuente: U. Navarra)