Un estudio liderado por Iker Marcaida del grupo IBeA, del Departamento de Química Analítica de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), ha identificado los materiales que se usaron para elaborar los mosaicos romanos de la antigua ciudad de Pompeya.
Dicho artículo ha sido publicado en la revista “Heritage Science” y posteriormente, por su repercusión, ha sido difundido en la página web “Chemistry World”, una revista mensual que aborda noticias del mundo de la química publicada por la Royal Society of Chemistry.
Gracias a este análisis, se ha podido revelar de qué compuestos están hechas las piezas con las que se forman un mosaico (teselas) de color blanco, naranja, rojo y negro. Los materiales que identificaron incluyen minerales de hierro rojizo y piezas negras de lava solidificada del cercano volcán Vesubio. Los hallazgos ayudarán a garantizar que estas obras de arte de más de 2000 años de antigüedad puedan conservarse en su entorno original.
Para llevar a cabo el estudio el grupo de investigación se desplazó en 2015 y 2016 hasta Pompeya con instrumentación portátil, la cual permite un análisis in-situ sin tener que extraer muestra. De este modo, el estado de conservación de los mosaicos se mantuvo intacto durante el análisis y se pudo determinar la composición de las diferentes teselas coloreadas. Las negras demostraron ser ricas en metales como aluminio, silicio, potasio y hierro debido a la presencia de minerales como el diópsido, el feldespato y la leucita. Esta composición es típica de la roca volcánica, que en aquella época estuvo fácilmente disponible para los artistas pompeyanos debido a la proximidad del Vesubio.
Además, se encontró que las teselas blancas, naranjas y rojas estaban compuestas principalmente de un mineral de carbonato de calcio (calcita). Sin embargo, “las teselas rojas y anaranjadas contienen niveles más altos de hierro, lo que sugiere que se colorearon agregando una capa pictórica de hematita (mineral de óxido de hierro rojizo) sobre la calcita”, recalca Iker.
En este sentido, la identificación de los materiales que componen las teselas puede hoy decirnos muchas cosas del pasado, tales como de dónde se abastecían los artistas, cómo aplicaban la capa pictórica o cómo obtenían los tonos deseados. Es el caso del naranja, el cual se lograba diluyendo la hematita roja en un base de calcita blanca.
Pero no solo eso, las teselas y los mosaicos son uno de los materiales más antiguos que se conservan de los griegos y los romanos y ofrecen una mirada sin precedentes al pasado. La ciencia de la conservación tiene muchos tratamientos diferentes y efectivos, pero la comprensión fundamental del material es vital. Es por este motivo por el cual los resultados obtenidos en esta investigación son relevantes, ya que de este modo en un futuro se podrá determinar la mejor manera de abordar las posibles intervenciones de restauración y conservación que se vayan a llevar a cabo en este tipo de obras artísticas.
La investigación ha sido llevada a cabo por profesores e investigadores del Grupo de Investigación IBeA (Ikerkuntza eta Berrikuntza Analitikoa), perteneciente al Departamento de Química Analítica de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, dentro del marco del convenio firmado entre la UPV/EHU y el Parque Arqueológico de Pompeya. (Fuente: UPV/EHU)