Un estudio publicado en la revista The Lancet reveló que los alimentos que consumimos están contribuyendo a la muerte temprana de alrededor de 11 millones de personas por año.
La investigación mencionada se propuso evaluar el consumo de los principales alimentos y nutrientes en alrededor de 200 países y cuantificar el impacto de su ingesta en la mortalidad.
Según este estudio, las dietas más peligrosas son las que contienen:
- Excesiva sal (causando 3 millones de muertes)
- Pocos granos integrales (3 millones de muertes)
- Poca fruta (2 millones)
El resto de las causas de mortalidad se vinculó con bajos niveles en el consumo de nueces, semillas, verduras, fibra y omega-3.
De las muertes relacionadas con la dieta, 10 millones se debieron a enfermedades cardiovasculares. Los granos enteros, las frutas y los vegetales generan un efecto “cardioprotector” que podría ayudar a reducir el riesgo.
“Nuestras propias investigaciones muestran que tener una dieta deficiente aumenta el riesgo de cáncer y obesidad, lo que incrementa aún más el riesgo de 12 tipos diferentes de cáncer”, señaló al respecto Anna Díaz Font del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer.
Esto confirmaría una vez más que la dieta es mucho más que un complemento para la salud, es uno de los grandes motores del equilibrio de nuestro bienestar físico y mental. Por eso es tan importante adoptar nuevos y mejores hábitos de salud, empezando por nuestros alimentos.
Latinoamérica
En términos generales, América Latina tiene un porcentaje de muertes vinculadas a la dieta más bajo que el promedio mundial (22%). Pero se distingue negativamente por su consumo excesivo de carne roja en países como Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay; y grasas trans, en México, Centroamérica, Colombia y Venezuela.
Los países que ocupan el peor lugar en las dietas saludables de la región son Haití, Honduras, República Dominicana, Bolivia y Venezuela.