La agricultura es uno de los sectores menos desarrollados tecnológicamente del mundo, y esto es cierto especialmente para la mayoría de los 500 millones de pequeños agricultores del planeta.
Cuando llega El Niño produciendo sequías a su paso, los agricultores son los primeros en sentir el impacto más fuerte del estrés climático. Obtener rápidamente información sobre los efectos es esencial para las agencias de desarrollo, el gobierno y las organizaciones de productores para responder de forma eficiente. Sin embargo, una conectividad deficiente y los flujos lentos de información son un obstáculo. Una aplicación probada con miles de agricultores en Colombia y África demostró que los agricultores pueden producir y compartir rápidamente información vital cuando surgen problemas climáticos.
La aplicación GeoFarmer se utilizó y se probó en Colombia, Ghana, Tanzania y Uganda, y fue desarrollada por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en colaboración con la Universidad de Salzburg. GeoFarmer permitió a los agricultores recopilar y compartir datos geoespaciales sobre clima, condiciones a nivel de finca, incluidos los tipos de suelo y cultivos, y monitorear la adopción de técnicas para lograr que las fincas sean más productivas y resilientes al cambio climático.
Incluso en sitios con limitada conectividad a internet, los agricultores produjeron y compartieron decenas de miles de puntos de datos durante períodos cortos. Los hallazgos fueron publicados el mes pasado en Computers and Electronics in Agriculture.
“Una aplicación como esta brinda a los agricultores una voz y ayuda a cerrar la brecha de comunicación entre las personas que trabajan en el sector desarrollo, los investigadores que trabajan en tecnologías para el desarrollo y los agricultores”,
Mejorar su precaria situación es a menudo el objetivo de las agencias mundiales de desarrollo, pero las intervenciones algunas veces no alcanzan los resultados esperados debido a la naturaleza de arriba abajo de algunas recomendaciones. Investigaciones han demostrado que es más probable que los agricultores tomen decisiones con base en comentarios de sus homólogos, y las Tecnologías de la Comunicación de Internet (TCI) como GeoFarmer muestran un gran potencial para incrementar la comunicación entre los grupos interesados.
“Estamos logrando que los agricultores no solamente sean el beneficiario final, sino más bien un actor en todo el proceso de desarrollo”, aseguró Jarvis. “Ellos pueden recibir información más eficazmente, se les empodera al tener más información y el proyecto de desarrollo es más relevante porque sus preferencias son incorporadas de una mejor manera”.
GeoFarmer fue probada y utilizada en proyectos de desarrollo, incluidos los territorios sostenibles adaptados al clima (TeSAC) que forman parte del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).
En Jirapa-Lawra, una aldea en los bosques de sabana de Guinea en el norte de Ghana, la aplicación se usó para recopilar 60.000 registros de datos de cinco bloques de encuestas en un período de dos semanas. Los datos se recogieron en su mayoría en modo fuera de línea y se subieron a un sistema de almacenamiento en nube cuando los facilitadores locales de colecta de datos estuvieron dentro del rango de la red móvil de la comunidad.
GeoFarmer se utilizó para monitorear la sensibilización, conocimiento y uso de la práctica.
Agricultores de Lushoto, en las montañas Usambara en el noreste de Tanzania, usaron GeoFarmer como parte de un proyecto ciudadano científico para probar y gestionar prácticas agrícolas sostenibles adaptadas al clima. Una práctica incluía la adopción de compostaje de estiércol para incrementar la productividad, reducir costos y disminuir la dependencia hacia fertilizantes químicos.