El hallazgo de un vaso cerámico parcialmente conservado durante las excavaciones de Cova Eirós (Triacastela, Lugo) permite aportar datos novedosos sobre el proceso de Neolitización de la Fachada Atlántica y de Galicia en particular, tal y como refleja un estudio recientemente publicado en la revista Trabajos de Prehistoria. Tanto por su forma de botella como por su profusa decoración (hecha con la impresión de una concha de berberecho, Cerastoderma edule), el recipiente recuerda claramente a la cerámica cardial, tan característica del registro arqueológico entre los primeros grupos neolíticos del sur de la península ibérica.
La cerámica ha sido recuperada en el interior de una fosa excavada en la entrada de Cova Eirós durante las intervenciones dirigidas desde el GEPN-AAT (Grupo de Estudio para la Prehistoria del Noroeste Ibérico) de la USC (Universidade de Santiago de Compostela) y el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), con el apoyo de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta de Galicia, que precisamente este lunes ha renovado su colaboración para continuar con las intervenciones arqueológicas. A tal efecto, el conselleiro de Cultura y Turismo de la Xunta de Galicia, Román Rodríguez, y el rector de la Universidade de Santiago, Antonio López, han suscrito un nuevo acuerdo que supondrá una inyección económica de 30.000 euros para este año.
El análisis realizado por Miriam Cubas, de la Universidad de York, de los lípidos contenidos en el interior de la cerámica encontrada permite inferir que el recipiente fue utilizado para el procesado de carne de rumiantes junto con vegetales. Aunque la pieza no se ha podido datar directamente, los paralelos estilísticos y tipológicos permiten relacionarla con conjuntos alfareros del sur de Portugal.
La cerámica cardial está vinculada con los primeros grupos del Neolítico Antiguo, que penetran a lo largo del litoral mediterráneo, trayendo consigo la introducción de las prácticas agrícolas y ganaderas. Los casos similares más próximos geográficamente se encuentran en la cuenca del río Mondego (Coimbra), en el centro de Portugal, a más de 300 km. A partir de otros ejemplos identificados y datados en el litoral portugués (Galería da Cisterna, Santarém, Casével), el hallazgo de Cova Eirós podría señalar que el inicio de las prácticas neolíticas en el Noroeste peninsular se remonta probablemente al final del VI milenio a. C, una etapa todavía escasamente representada en la Prehistoria gallega.
Las actuaciones que llevan desarrollándose desde el año 2008 tanto en la entrada de la cueva, con abundantes materiales y una estratigrafía compleja donde se encontraron restos de ocupaciones paleolíticas que van desde el paleolítico medio hasta los momentos finales del superior, como en las paredes del interior de la cueva, donde se localizaron evidencias de arte rupestre del paleolítico superior, han permitido descubrir pinturas y grabados de un valor único y excepcional en Galicia. (Fuente: IPHES/DICYT)