¿qué hay sobre la belleza? ¿Es importante hablar de ella con nuestros hijos?
La respuesta es que sí. Lo que digamos, lo que mostremos en nuestro actuar, sobre todo, les brindará mayores herramientas para crecer con una relación sana con sí mismos y los demás.
Vivimos en tiempos en los que el ideal de belleza es muy exigente: hombres y mujeres ultradelgados, bronceados, y de marcada musculatura aparecen, gracias a la publicidad, unidos a la idea de bienestar, felicidad, abundancia y reconocimiento. Basta con mirar las figurillas con las que juegan de pequeños para entender cómo ese estándar alejado de la realidad forma un ideal de belleza en ellos.
QUÉ DECIR Y QUÉ NO DECIR A LOS NIÑOS Y NIÑAS SOBRE LA BELLEZA
- No actúes como si la belleza fuera sinónimo de delgadez
¿Dices que alguien es o está “más bonito” porque bajó de talla? ¿Haces comentarios despectivos a personas con más peso? ¿Te criticas a ti mismo por haber ganado kilos? ¿Cómo te relacionas con la comida? Estas son algunas preguntas que debes hacerte para prestar más atención al modo en que hablas frente a tus pequeños.
- Diles que son bellos por su corazón
Enséñales a ver a los demás, e incluso a sí mismos, más allá de su físico. Muéstrales que ese cuerpo hay que cuidarlo con amor para mantenerlo saludable, pero que su corazón es el que los hace brillar.
- Nunca te rías si critican o discriminan a otro niño por su físico
Si vienen de la escuela con comentarios sobre otros niños en relación a su cuerpo, muéstrales que están equivocados, que las personas valen por lo que son, y que eso es lo que deben valorar. Enséñales la importancia del respeto.
- Muéstrales el valor de la diversidad
Enséñales que en el mundo todos los animales son diferentes, todas las plantas son distintas y todos los seres humanos también. Cada ser en el Universo es bello y cumple una función. Esa diversidad hace que todo funcione, y nos da libertad, nos permite ser tal y como somos.
- Diles que son perfectos tal y como son
No proyectes sobre tus hijos ideales ajenos. No pretendas que sean como tú quisieras. Acéptalos y enséñales a aceptarse y a verse perfectos tal y como son, sin juzgarse ni compararse.
- Enséñales que las muñecas y las caricaturas que miran son una fantasía
Muéstrales que las princesas y los héroes son personajes de ficción, que pueden vestirse como ellos y crear su propia versión. Pero no alientes a que se comparen con esos ideales ni los llames tú de esa manera.