El seguimiento de mariposas más extenso y sistemático realizado en América del Norte refleja una reducción anual del 2 por ciento y de un tercio al cabo de los 21 años del programa.

Estos hallazgos también están conectados con los de los programas similares sobre mariposas en varios países europeos.

Aunque el estudio se limitó a un grupo de la clase de insectos y un área geográfica, los hallazgos brindan una línea de observación que supone una base importante para lo que está sucediendo a gran escala con las poblaciones de insectos en medio del cambio climático y otras perturbaciones causadas por el hombre, advierten los autores del estudio, que se publica en la revista ‘PLOS ONE’.

“Estas disminuciones en el número de especímenes están ocurriendo en especies comunes –dice en un comunicado el investigador de la Universidad Estatal de Oregon, Tyson Wepprich–. Las reducciones en especies comunes me preocupan porque muestra que existen causas ambientales generalizadas para las disminuciones que afectan a las especies que pensamos que estaban bien adaptadas para compartir un paisaje con los seres humanos. También son las que contribuyen a la mayor parte de la polinización o el alimento de las aves en el ecosistema, por lo que es probable que su disminución lenta y constante tenga efectos dominantes más allá del número de mariposas”.

Wepprich, un erudito postdoctoral en Botánica y Fitopatología en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Estatal de Oregon, utilizó más de 24.000 encuestas de mariposas aportadas por científicos capacitados desde 1996 hasta 2016 para establecer sus hallazgos.

“Debido a que es más fácil seguir a las mariposas que a otros insectos, a muchas personas les gustan y están al tanto de ellas. Por ello tienden a ser la mejor fuente de datos de abundancia para rastrear las disminuciones y aumentos de la población de insectos –dice Wepprich–. Utilizan las evaluaciones ambientales como un indicador de la trayectoria general de la biodiversidad, ya que experimentan los mismos tipos de presiones por los cambios en el uso de la tierra, el cambio climático y la degradación del hábitat que otros tipos de insectos”.

Los datos de Ohio permitieron estimar las tendencias de la población para 81 especies de mariposas y encontraron que otras especies tenían una tendencia tres veces más a la baja que a la alza: tres de cada cuatro especies con una tendencia positiva o negativa se volvieron menos abundantes a lo largo del estudio. Cuarenta de las especies analizadas no tuvieron tendencia significativa hacia arriba o hacia abajo.

“Las especies con más distribuciones en el norte y menos generaciones anuales disminuyeron más rápidamente”, dice Wepprich, quien agrega que estas especies están adaptadas a las regiones más frías y pueden empeorar en Ohio con el calentamiento de las temperaturas.

Wepprich observó que incluso algunas especies invasoras asociadas con paisajes dominados por humanos están disminuyendo, lo que sugiere que las tendencias están enraizadas en causas ambientales generalizadas.

“El análisis de la disminución de insectos está dominado por estudios europeos sobre mariposas, pero nuestro estudio muestra que la tasa de cambio en la abundancia de mariposas de Ohio es muy similar a la que se encuentra en los programas de seguimiento en el Reino Unido, los Países Bajos y España –precisa Wepprich–. La tasa de disminución total y la proporción de especies en disminución son similares a las documentadas en programas de monitoreo comparables. Lo que es común entre todos los programas es que se encuentran en áreas con un alto impacto humano y son posibles gracias a registradores dedicados”.

A pesar de que las especies de mariposas comunes aún no están en peligro de extinción, las disminuciones en esas especies tendrán un gran impacto negativo en los servicios ecosistémicos proporcionados por los insectos.

Los estudios anteriores que involucran el seguimiento intensivo a largo plazo de especies de mariposas individuales han permitido realizar estimaciones rigurosas de las disminuciones en esas especies, explica Wepprich. Durante las últimas dos décadas, la mariposa monarca migratoria del este de América del Norte ha disminuido en más del 85 por ciento y la monarca del oeste de América del Norte en más del 95 por ciento, y el número algunas de las mariposas más raras también está decayendo con fuerza.

La tasa de disminución de la mariposa en Ohio es mayor que la tasa global del 35 por ciento, medida durante 40 años, y está más cerca de la tasa estimada para los insectos en general: una disminución del 45 por ciento en 40 años. “Nuestro estudio agrega otro ejemplo de disminuciones en las especies de mariposas comunes que se consideran adecuadas para el hábitat modificado por el hombre”, concluye Wepprich.

Fuente: europapress.es

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