En la actualidad, la fragmentación de los hábitats a través de las actividades humanas es un problema que afecta a la diversidad y la productividad de los ecosistemas. En el caso de las plantas, la dispersión de semillas se traduce en un empobrecimiento genético, que pone en peligro a las poblaciones. Además, las vías pecuarias son consideradas importantes refugios de polinizadores en paisajes agrarios muy transformados.
Unos investigadores de los grupos AdaptA de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y de Ecología Terrestre de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en España, han analizado las consecuencias de la trashumancia sobre la genética de las poblaciones de plantas.
El objetivo de este trabajo ha sido examinar por primera vez las consecuencias del uso y existencia de vías pecuarias sobre la genética de las poblaciones de plantas, en concreto de Plantago lagopus, una especie que las ovejas dispersan a su paso.
Este estudio se ha realizado en un tramo de la Cañada Real conquense, en Castilla-La Mancha.
Los resultados de este trabajo demuestran que el pastoreo después de la floración beneficia a los insectos polinizadores. “Nuestros resultados revelan que las cañadas muestran los valores más bajos de endogamia, confirmando la función ejercida por las vías pecuarias como refugio de polinizadores. Esta función es superior a la que puedan ejercer en zonas agrícolas”, explica Alfredo García, investigador del Grupo AdaptA de la URJC y coautor del estudio.
Esta investigación destaca también la necesidad de mantener una elevada diversidad genética y una reducida endogamia para prevenir posibles amenazas en el futuro, siendo necesaria la dispersión de semillas por herbívoros para evitar el empobrecimiento genético de las poblaciones de plantas. “Esto resulta importante porque el pastoreo del ganado trashumante en la vía pecuaria es muy efímero, pero muy bien ajustado a los ritmos naturales de las plantas mediterráneas, lo que facilita una dispersión extraordinariamente eficiente con importantes consecuencias para la conectividad de los ecosistemas y la resiliencia climática”, subraya Alfredo García.
Los resultados de este estudio, publicados en la revista científica PeerJ, resaltan la importancia de conservar la práctica ganadera de la trashumancia en paisajes donde la intensificación agraria está muy extendida, los herbívoros silvestres se han reducido mucho y la abundancia de barreras artificiales al tránsito dificulta fatalmente la existencia de migraciones naturales.
En este sentido, en esta investigación se pone de manifiesto la importancia de las vías pecuarias para las poblaciones de numerosas especies herbáceas, que dependen casi exclusivamente del ganado para emigrar y, por lo tanto, sobrevivir a posibles cambios del clima local. “La escala de aplicación de estos resultados sobrepasa el marco local”, expone el investigador de la URJC, “ya que las actividades pastoriles están muy extendidas a nivel mundial y han sustituido en grandísima proporción a los procesos ecológicos mediados por herbívoros silvestres”, añade.
Los investigadores concluyen en este trabajo que para afrontar la conservación de la biodiversidad se deberá tener en cuenta el impacto positivo a nivel genético que el pastoreo móvil tiene en las poblaciones de plantas. (Fuente: UAM)