Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles, significa árbol retorcido. Normalmente se dan como barrera debido a motivos de desarrollo, cuando la costa ha sufrido una rápida erosión. También sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos.
¿Por qué debería preocuparte esto?
Pues porque los manglares proporcionan beneficios esenciales para la vida en la Tierra:
– Protegen al suelo de la erosión.
– Capturan y almacenan el carbono procedente de la atmósfera y los océanos en el suelo, gracias a sus raíces y ramas. Esto es fundamental para atenuar el cambio climático. Tienen el doble de la capacidad que tienen los bosques de tierras altas de almacenar carbono (1.000 toneladas por hectárea) y cinco veces más que los bosques de sabana.
– Albergan gran biodiversidad marina. Son hogar de peces, moluscos y crustáceos; zonas donde anidan gran cantidad de aves, y refugio de reptiles y anfibios.
– Protegen contra las tormentas, los tsunamis y el aumento del nivel del mar, formando una especie de muro natural. Sin los manglares, alrededor de 18 millones más de personas sufrirían los impactos de las inundaciones todos los años.
– Regulan la calidad del agua costera.
– Ayudan a la salud de otros ecosistemas como los arrecifes de coral.
– Proporcionan medios de vida para las más de 100 millones de personas que viven cerca de ellos. Brindan alimentos e ingresos.
– Brindan hierbas medicinales gracias a sus ramas y hojas. De sus árboles también se extrae sal.
– Son fundamentales para el ciclo de vida de los peces y, por eso, también de los animales que de ellos se alimentan.
Pero los manglares están en riesgo. Según la UNESCO, están entre los ecosistemas más amenazados. Entre 1980 y 2005 desapareció el 19% de los manglares del mundo. Ya hemos perdido más del 60% de ellos y, de seguir así, en los próximos 100 años podríamos perder todos los manglares no protegidos.