Un equipo internacional ha descubierto un cráneo fósil muy bien conservado que corresponde a un homínido de 3,8 millones de años de la zona de Afar, Etiopía. Esta datación indica que el cráneo pertenece a la especie Australopithecus anamesis, una especie antecesora de Australopithecus afarensis, a la que pertenece Lucy. Ambas especies fueron contemporáneas, como mínimo, durante 100.000 años y el descubrimiento contradice la idea de que entre estos dos grupos existió una relación anagenética, que implica que una especie desaparece dando lugar a una nueva especie de forma lineal. Además, los investigadores han conseguido identificar características craneales y faciales que no habían sido observadas anteriormente en esta especie y se ha podido hacer una recreación del rostro del individuo.
Los resultados han sido publicados en dos artículos en la revista Nature: uno sobre la descripción del fósil y otro sobre el contexto geológico y la edad del mismo, en el que ha participado el investigador Lluís Gibert de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona (UB). «Los datos obtenidos han permitido datar este fósil con mucha precisión y determinar su edad en 3,8 millones de años. Disponemos de pocos fósiles pertenecientes a este periodo y este hallazgo ayuda a completar el complejo puzle de la evolución humana» apunta Gibert.
La investigación se ha llevado a cabo en el marco del proyecto WORMILL (Woranso-Mille), dirigido por Yohannes Haile-Selassie, comisario del Museo de Historia Natural de Cleveland y profesor de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos). Desde hace 15 años este proyecto ha proporcionado unos 230 fósiles de homínidos y en 2016 se descubrió este cráneo, identificado como MRD-VP-1/1.
El Australopithecus anamesis es el miembro más antiguo del género Australopithecus. Esta especie se identificó previamente por restos dentales y fragmentos de mandíbula que tienen entre 4,2 y 3,9 millones de años de edad. Las similitudes con la dentición del cráneo fósil han permitido identificarlo como miembro de esta especie. Además, gracias a que el cráneo se ha encontrado casi completo, se han podido identificar características craneales y faciales que no habían sido observadas anteriormente en esta especie. Algunas de estas características eran compartidas con la especie descendiente Australopithecus afarensis, mientras que otras eran más propias de grupos ancestrales más primitivos, como el Ardipithecus y el Sahelantropus.
Según Gibert, «este descubrimiento solo es relevante si se sitúa en un contexto geológico y cronológico. Sin esta información el descubrimiento no tiene valor. Por tanto, la geología y la edad del cráneo son elementos imprescindibles para poder interpretar el fósil en el contexto de la evolución humana». En el artículo sobre los aspectos geológicos han participado catorce investigadores de diferentes instituciones que han aportado datos diversos relacionados con la edad y el ambiente del lugar donde vivió este homínido.
El cráneo fue hallado en 2016 en una localidad fosilífera nueva, no estudiada hasta entonces y de edad desconocida. El yacimiento está ubicado en la zona paleontológica de Woranso-Mille, en la región de Afar (Etiopía). Está situado a 550 km al nordeste de la capital, Adís Abeba, y a 55 km al norte de Hadar, de donde proviene Lucy.
Actualmente la región de Afar es una zona semidesértica, atravesada por varios ríos con abundante vida en sus márgenes. Está situada en la parte norte del valle del Rift africano, cerca de un punto triple donde se separan tres placas tectónicas. Como consecuencia de esto, la actividad tectónica es elevada y hay mucha actividad volcánica. Hace 3,8 millones de años es posible que la situación tectónica fuera similar a la actual.La acumulación de varios niveles de cenizas volcánicas, algunos de ellos de más de dos metros de espesor, indica que hubo grandes erupciones volcánicas.
El yacimiento se halla en una zona remota que requiere cruzar el río Mille. «Durante la campaña geológica de 2017 la intensa lluvia provocó que el ancho del río pasara de 20 a 100 metros, lo cual dificultó el trabajo geológico», explica el investigador. Las observaciones preliminares permitieron determinar que el yacimiento se había formado en un delta del paleorrío Mille.
En una campaña posterior en 2018, se recogieron muchas muestras de sedimento y cenizas volcánicas. «Estos datos permitieron relacionar el estrato del yacimiento con cenizas volcánicas datadas en otros lugares y así determinar su edad aproximada», apunta Gibert. «Nuevas dataciones radiométricas de cenizas volcánicas próximas al yacimiento junto con datos paleomagnéticos han ayudado a determinar la edad precisa del fósil. Por otro lado, las muestras de polen, diatomeas y biomarcadores, yla fauna hallada asociada al cráneo, nos han dado una idea aproximada de cómo era la vegetación y el ambiente del entorno» explica el geólogo de la UB.
Lo que se sabe del paisaje del lugar donde vivió este homínido, es que había un lago de cierta salinidad, con una profundidad de entre 6 y 8 metros, que estaba alimentado por un río de dimensiones parecidas al actual río Mille. En este entorno existía vegetación arbórea, pero en zonas más alejadas del agua el polen hallado revela un ambiente más abierto y árido con una vegetación dominada por arbustos y una proporción variable de hierbas, quizás parecido al actual. «El ambiente en torno al lago debió de ofrecer multitud de recursos alimentarios para unos individuos que ya caminaban de forma bípeda». (Fuente: UB)