Investigadores de CIC bioGUNE en colaboración con el Hospital Universitario de Donostia (España) han identificado una lista de potenciales biomarcadores para el diagnóstico de la fibromialgia. El estudio, publicado en la revista eBiomedicine, refuerza la idea de que la fibromialgia es una enfermedad real, en la que existen diferencias a nivel molecular que pueden ayudar a explicarla y que pueden servir como punto de partida para encontrar posibles terapias.

 

La fibromialgia es una enfermedad de etiología desconocida que se caracteriza por dolor crónico generalizado que el paciente localiza en el aparato locomotor. Además del dolor, otros síntomas, como fatiga intensa, alteraciones del sueño, parestesias en extremidades, depresión, ansiedad, rigidez articular,cefaleas y sensación de tumefacción en manos, se encuentran entre las manifestaciones clínicas más comunes. Los pacientes con fibromialgia presentan con frecuencia una hipersensibilidad al dolor que se manifiesta por la aparición de una sensación dolorosa a la presión en múltiples sitios del aparato locomotor, que no se observa en los sujetos sanos.

 

En el estudio, liderado por Juan Manuel Falcón, investigador Ikerbasque en CIC bioGUNE, se han combinado distintas tecnologías ómicas de última generación que proporcionan una información muy detallada de la composición de las muestras. “Estas tecnologías nos han permitido encontrar diferencias a nivel molecular que podemos asociar a la fibromialgia, una enfermedad para la cual no existe un método de diagnóstico objetivo”, señala Juan Manuel Falcón.

 

El dolor crónico a nivel sistémico, no localizado, ha hecho que se hayaasociado la enfermedad con el sistema nervioso central. “Nuestra hipótesis en el estudio era que esa asociación con el sistema nervioso central podría verse reflejada en el microbioma intestinal -la población de bacterias intestinal-, dada la existencia demostrada del eje intestino-cerebro, mediante el cual se han propuesto diversos mecanismos por los cuales las bacterias intestinalespueden comunicarse e interaccionar con el huésped”, explica.

 

 

Mediante esta combinación de tecnologías ómicas, con especial énfasis en el microbioma y el metaboloma, en el estudio se proponen una serie de bacterias que parecen asociarse a ciertos síntomas de la enfermedad. “En concreto, hemos encontrado una reducción de las bacterias que se encargan de degradar un metabolito concreto, el glutamato, presente en muchas rutas metabólicas y asociado a procesos inflamatorios y dolor. Unas bacterias pueden degradar este glutamato a otra molécula llamada GABA, que actúa como inhibidor del dolor y son precisamente estas bacterias las que nosotros hemos encontrado reducidas en pacientes de fibromialgia”, añade Marc Clos-Garcia, primer autor del trabajo.

 

La fibromialgia es una enfermedad muy desconocida aún, incluso entre médicos, pese a que es frecuente en España, con una prevalencia del 2,4% de la población mayor de 20 años. Asiduamente se considera que es una enfermedad irreal y se considera a los pacientes como exagerados y se les puede llegar a ignorar, lo que ha generado muchos problemas judiciales en el entorno laboral. Eso supone que, hasta el momento de un diagnóstico fiable, los pacientes pasan de consulta a consulta, donde cada médico recomienda un régimen de fármacos distinto. Teniendo en cuenta que el microbioma es altamente dependiente de factores externos, incluida la dieta, el hecho que la comunidad de pacientes incluida en el estudio fuera muy diversa en términos de tratamientos seguidos dificultó el establecimiento de asociaciones entre la comunidad microbiana y la enfermedad, así como identificar el efecto de los fármacos sobre el microbioma.

 

Actualmente, para diagnosticar la fibromialgia se usa un cuestionario que incluye hasta 40 preguntas sobre la presencia o no de síntomas de distinta índole. Eso implica que, más allá de un índice de dolor global, multitud defactores pueden influenciar el proceso diagnóstico. De nuevo, cada uno de estos factores puede alterar ya no solo el microbioma, sino cualquier otra molécula que hubiéramos podido medir. Controlar estos factores fue, de nuevo, complicado, puesto que la diversidad dentro de la propia cohorte de pacientes era considerable.

 

A través de la Asociación de pacientes de fibromialgia Bizi Bide (Asociación Guipuzcoana de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica) se gestionó el reclutamiento no solo de pacientes, sino también de los necesarios controles sanos, para lo que se reclutó a familiares de los pacientes. Además, se ha establecido una comunicación con ellos a partir de reuniones anuales para comunicar los avances del estudio, con alta participación y colaboración por su parte.

 

El estudio multidisciplinar, llevado a cabo con ayuda del Gobierno Vasco, ha sido coordinado por el Laboratorio de Exosomas de CIC bioGUNE, y en el mismo han participado las plataformas de metabolómica, de análisis de genomas y bioinformática del mismo centro, y los equipos médicos de la Unidad del Dolor del Hospital Galdakao-Usansolo, de los departamentos de Neurología y Reumatología del Hospital Universitario de Donostia coordinados por el Dr. Adolfo Lopez de Munain, Además, se ha colaborado estrechamente con BIOEF y con distintos laboratorios de CIC bioGUNE, Universidad de Deusto y Biodonostia. (Fuente: CIC bioGUNE)

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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