Un equipo de investigación del Instituto de Biología Evolutiva (IBE, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, y de la Universidad de Grenoble-Alpes en Francia ha desarrollado un nuevo método que permite predecir dónde se distribuyen las poblaciones de la vanesa de los cardos (Vanessa cardui) durante el año a lo largo de su migración entre Europa y África. Sus resultados se publican hoy en la revista Proceedings of the Royal Society B.
En un estudio previo, los investigadores habían demostrado que la Vanessa cardui migra desde Europa hasta el África tropical en otoño, cruzando el Mediterráneo y el desierto del Sáhara. En un estudio posterior, los investigadores demostraron que los descendientes de estas mariposas migratorias revierten su migración de nuevo hacia Europa en primavera, cubriendo viajes de hasta 15,000 km entre África y Europa entre varias generaciones y explotando recursos estacionales y climas favorables en los dos continentes. “El reto ahora es entender cómo las especies migratorias optimizan el tiempo y el espacio para encontrar con éxito las mejores condiciones ambientales que cada generación necesita para sobrevivir”, comenta el responsable del estudio Gerard Talavera, investigador postdoctoral en el IBE y explorador de National Geographic.
Los insectos migratorios se encuentran en continuo movimiento, lo que hace difícil seguir de dónde a dónde migran. Una de las principales razones para migrar es precisamente la de encontrar las condiciones ambientales óptimas para criar una nueva generación. Los inmaduros (huevos, orugas y crisálidas) son fases clave del ciclo vital de las mariposas y como, a diferencia de los adultos, no pueden rehuir de situaciones adversas, sus hábitats son muy buenos indicadores de los requerimientos de la especie para su supervivencia. Ahora, basándose en información de hasta 646 localidades de cría de la vanesa de los cardos en 30 países y con datos climáticos mensuales de una serie de 35 años, el equipo ha construido un modelo que define los requerimientos de cría de la especie y ha producido un mapa identificando las áreas más probables donde la mariposa podría criar cada mes. “Pensamos que podríamos aprender mucho sobre los movimientos de las mariposas adultas mirando los lugares que eligen para criar en diferentes momentos del año”, comenta Mattia Menchetti, miembro del mismo equipo de investigación. “Si conseguimos mapear los lugares donde las mariposas crían a lo largo del año, entonces podremos entender de dónde a dónde pueden viajar los ejemplares adultos durante su extensa migración”.
Los modelos muestran que la especie se encuentra forzada a moverse continuamente, pues el hábitat de cría adecuado es rara vez permanente a lo largo del año. “Como la especie cría constantemente durante todo el año depende de su éxito reproductivo en ambos continentes, y los resultados muestran la importancia que tienen las poblaciones que pasan los inviernos en África para mantener las migraciones que llegan a Europa”, comenta Talavera.
Aun así, el estudio también apunta a que la situación podría cambiar si este hábitat permanente se extiende en un futuro como consecuencia del cambio climático global. “No podemos descartar que el impacto del cambio climático pueda afectar el fenómeno migratorio de las mariposas de maneras imprevisibles, tal y como ya se ha demostrado en aves migratorias”, añade Talavera.
A pesar de que se ha demostrado que muchas poblaciones de la vanesa de los cardos pasan los inviernos en el Sub-Sáhara, las localidades donde lo hacen son aún desconocidas. Con este nuevo método, el equipo de investigación ha podido identificar el nicho potencial de la especie durante el invierno, y por tanto en qué lugares se pueden concentrar las poblaciones para criar. De acuerdo con los resultados del estudio, las mariposas se podrían encontrar alrededor de latitudes ecuatoriales entre diciembre y febrero. Este resultado confirma que el rango migratorio anual que recorren las sucesivas generaciones puede llegar a los 15,000 km desde el ecuador (por ejemplo las tierras altas de Kenia o Camerún) hasta el norte de Escandinavia. (Fuente: CSIC)