La explotación pesquera en el estuario del Río de la Plata, en la costa atlántica de América del Sur, ha reducido la talla media de los peces en este ecosistema, lo que ha facilitado la captura de presas a los mamíferos marinos con menor paladar y abertura bucal. El delfín franciscana, un pequeño cetáceo endémico del Río de la Plata y en grave peligro de extinción, es el mamífero marino más beneficiado por este efecto colateral de las pesquerías australes. Así lo constata un artículo liderado por expertos del Grupo de Investigación de Grandes Vertebrados Marinos de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (Catalunya, España).
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, analiza el impacto causado por la pesca industrial en Uruguay y Argentina sobre los hábitos alimentarios del delfín franciscana (Pontoporia blainvillei), el lobo fino sudamericano (Arctocephalus australis) y el león marino sudamericano (Otaria flavescens).
Las conclusiones indican que las consecuencias de la pesca industrial para los mamíferos marinos van más allá de la simple reducción en la abundancia de la biomasa de los peces presa, y que dependen también de las características morfológicas —tamaño corporal y amplitud de la boca— de cada especie.
El nuevo trabajo está firmado por los investigadores Massimiliano Drago, Àlex Aguilar y Lluís Cardona, del Grupo de Investigación de Grandes Vertebrados Marinos (UB-IRBio); Valentina Franco Trecu (Universidad de la República de Uruguay), y Ángel M. Segura, Meica Valdivia y Enrique M. González (Museo Nacional de Historia Natural, Uruguay).
El estuario del Río de la Plata, en la costa oeste del Atlántico sudoccidental, es uno de los ecosistemas más ricos y productivos de todo el planeta. La coincidencia de la corriente fría de Malvinas y la corriente cálida de Brasil, que se suman a las masas de agua dulce del Río de la Plata, genera una alta productividad de gran interés comercial para las pesquerías de la región.
A partir de 1970, Argentina y Uruguay comenzaron a practicar la pesca industrial en esta zona. Desde entonces, esta actividad ha reducido la disponibilidad de las especies presa y ha dificultado la recuperación de la población de estos mamíferos marinos, que han sido explotados comercialmente desde el siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XX.
En la actualidad, el delfín franciscana (P. blainvillei) se considera el cetáceo más amenazado del océano Atlántico sudoccidental. Con una limitada extensión territorial, es la única especie de delfín de río que habita en aguas marinas costeras y está catalogada como especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El león marino sudamericano (O. flavescens), otro depredador marino apical con una amplia extensión geográfica, concentra el 6 % de su población mundial en el área del Río de la Plata y está catalogado en la lista roja de especies amenazadas de la IUCN con el rango de preocupación menor. En el caso del lobo fino sudamericano (A. australis), el 75 % de la población mundial se encuentra en la región del Río de la Plata, una área de gran valor ecológico para la conservación de la especie y el mantenimiento del flujo génico entre las diferentes poblaciones.
«Las poblaciones de mamíferos marinos del área de influencia del Río de la Plata son un excelente modelo de estudio para comprender los cambios que se producen en las relaciones tróficas entre especies antes y después del desarrollo de la pesca industrial», explica Massimiliano Drago (UB-IRBio), primer autor del estudio y miembro del Grupo de Investigación de Grandes Vertebrados Marinos que dirige el catedrático Àlex Aguilar.
A través del análisis de isótopos estables de carbono y nitrógeno en los restos óseos, los expertos han comparado la dieta actual de estas especies marinas con los recursos alimenticios que consumían en el pasado. Según el estudio, los delfines franciscana son los que más han transformado el patrón de explotación de recursos en comparación con los otros mamíferos marinos. En la actualidad, los peces demersales juveniles —aquellos que viven cerca del fondo del mar— constituyen su presa principal.
«En los delfines franciscana, la amplitud del paladar es intermedia entre la de los leones marinos (de constitución robusta y paladar más amplio) y la de los lobos marinos (de tamaño menor y con paladar más estrecho). Como la pesca intensiva ha reducido el tamaño medio de las presas, este efecto ha beneficiado a los mamíferos marinos con menor abertura bucal, es decir, los delfines franciscana, y en menor medida, los lobosmarinos», apunta Drago, investigador adscrito al Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.
Así pues, los delfines franciscana ocuparían en la actualidad el mismo nivel trófico que los leones marinos a pesar de las grandes diferencias en las dimensiones de la cavidad bucal. En el caso del delfín franciscana, estos drásticos cambios en los patrones tróficos también pueden estar influidos por factores como, por ejemplo, la reducción de las poblaciones de especies presa —el bagre sapo, Porichthys porosissimus— que eran abundantes en el pasado y han disminuido en la actualidad a causa de la captura incidental.
Los leones marinos son la especie menos favorecida por la intensificación pesquera en esta región, revela el estudio. Ahora bien, ello no significa que O. flavescens sea la especie más vulnerable. «La condición de vulnerabilidad depende de un conjunto de factores (reducción de recursos, plasticidad trófica, explotación comercial, degradación del hábitat, etc.). Definitivamente, el delfín franciscana es la especie más vulnerable en este ecosistema debido a la alta mortalidad que causan la captura incidental y la degradación del hábitat natural», concluye Drago. (Fuente: U. Barcelona)