Este verano quedará marcado en Europa, y particularmente en España, por los dos episodios vividos de intensas olas de calor que no solo batieron marcas históricas por todo el continente sino que apuntalan la tendencia al calentamiento global. Esa es la conclusión fundamental del informe climático del verano de 2019 que, junto a un avance de la previsión estacional para el próximo otoño, ha sido presentado hoy en rueda de prensa por Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica.
El verano de 2019 ha sido seco, con una precipitación media en el conjunto de España de 64 l/m2, lo que supone un valor inferior en un 14% al del período de referencia 1981-2010. Las precipitaciones registradas en los meses de julio y agosto, que fueron respectivamente muy húmedo y húmedo, no lograron compensar el carácter muy seco de junio.
A lo largo del trimestre de verano se han producido varios episodios de lluvias intensas, entre los que destacan el de los días 8 y 9 de julio, en que se registraron precipitaciones en zonas de la mitad norte peninsular y Baleares, siendo de especial intensidad en Navarra; y el episodio de los días 25 y 27 de agosto en que las precipitaciones afectaron a gran parte del área peninsular y Baleares, y fueron de gran intensidad localmente al sur de Madrid, suroeste de Zaragoza y sur de Mallorca.
El valor más elevado de precipitación máxima diaria registrado en este verano en un observatorio principal fue en agosto el día 20 con 87 mm en Alicante, seguido ese mismo día con 85 mm en la zona de Alicante y Elche, y de 72 mm en el área de Huesca y Pirineos el día 19, siendo las tres cantidades de precipitación diaria las más altas registradas en un día de verano de las correspondientes series. Además en Alicante, la precipitación acumulada en el verano 2019 ha sido de 99 mm, y también ha resultado ser el máximo de la correspondiente serie.
Este verano ha continuado la tendencia del actual año hidrológico, que comenzó el pasado 1 de octubre de 2018 y termina el próximo 30 de septiembre, manteniendo cifras muy similares a las registradas en la pasada primavera. Desde entonces, en el conjunto de España se han acumulado un total de 521 litros por metro cuadrado en el conjunto de España hasta el 10 de septiembre, valor que queda un 15% por debajo del valor promedio del período de referencia 1981-2010.
En cuanto al año natural, desde el 1 de enero hasta el 31 de agosto se recogieron 281 litros por metro cuadrado, valor inferior a lo normal en un 23%. En ambos casos hablamos del tercer año hidrológico y natural más seco del siglo XXI.
Aplicando el Índice de Precipitación Estandarizada (SPI por sus siglas en inglés) a las lluvias registradas en las estaciones de la red principal de AEMET en los últimos doce meses (desde el 1 de septiembre de 2018 hasta el 31 de agosto de 2019), se puede hablar de sequía meteorológica para ese período en buena parte de la mitad occidental peninsular, en una franja que abarca áreas de Galicia, Cantabria, oeste del País Vasco, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha, norte y oeste de Andalucía, buena parte de Mallorca y puntos de las islas Canarias occidentales.
La sequía meteorológica es más intensa en el oeste de Badajoz, sur de Castilla y León, oeste de la Comunidad de Madrid, extremo oriental de Cáceres y áreas del noroeste de Castilla-La Mancha.
En lo que se refiere a las temperaturas, el pasado verano climatológico ha resultado ser muy cálido, con una temperatura media de 23,8ºC. Este valor es superior en 0,8ºC al promedio del período de referencia 1981-2010 y lo convierte en el décimo verano más cálido desde 1965. Ha sido el quinto verano consecutivo con temperaturas por encima de la media, y hay que destacar que en la presente década se han registrado cinco de los diez veranos más cálidos desde 1965. Nueve de esos diez veranos más cálidos han tenido lugar en el siglo XXI.
El comportamiento individual de los meses de verano ha sido similar: todos han sido muy cálidos en buena parte de España, pero con anomalías frías en áreas del tercio occidental peninsular en junio y julio, y con valores normales en el suroeste de la Península en agosto.
Pero si algo ha caracterizado a este pasado verano han sido sus episodios cálidos, en concreto sus olas de calor, de las que destacamos dos. La que tuvo lugar entre el 26 de junio y el 1 de julio fue muy significativa, especialmente en el centro y nordeste peninsular. La masa de aire que la provocó fue la más cálida que ha afectado a España en 40 años y cinco estaciones de la red principal de AEMET batieron el récord de temperatura máxima absoluta, con la particularidad de hacerlo en el mes de junio y no en julio y agosto, los meses estadísticamente más cálidos.
Un estudio realizado por AEMET reveló que las olas de calor en junio son ahora diez veces más probables que en la década de los 80 y 90 del siglo pasado. Uno de los observatorios más significativos en batir su récord fue el del Retiro, en Madrid, con casi un siglo de serie, y en el que los 40,7ºC del día 28 superaron en una décima el récord anterior, registrado en agosto de 2012. En algunos puntos del nordeste peninsular, además, se superaron los 43ºC.
Durante la segunda ola de calor, registrada entre los días 20 y 25 de julio, destaca el récord de temperatura máxima medido en el Observatorio de San Sebastián (Igeldo), con datos desde 1928, y donde los 39ºC del día 23 superaron por cuatro décimas el récord anterior, correspondiente al histórico verano de 2003.
A lo largo del último trimestre veraniego también se han producido efemérides de temperaturas mínimas más altas, destacando en este sentido los casi 27ºC de temperatura mínima registrados en la zona de Murcia y Alcantarilla, los 26,6ºC de Valencia, o los 25,9ºC de Segovia, entre otros. Hablamos, pues, de “noches tórridas” (mínima igual o superior a 25 ºC) no solo en zonas litorales y prelitorales, sino también en zonas altas del interior (Segovia se encuentra a unos 1.000 metros de altitud).
Más allá de nuestras fronteras durante estos meses se han batido innumerables récords, casi todos ellos muy vinculados al calentamiento global. Así, junio, julio y agosto de 2019 han sido declarados el junio y el julio y el segundo agosto más cálidos del planeta desde que hay registros, es decir, desde 1880. Nueve de los diez junios más cálidos en la Tierra han ocurrido en esta última década mientras que los cinco julios y agostos más cálidos del planeta han ocurrido en los últimos 5 años.
Las temperaturas en Europa también fueron de récord: junio de 2019 ha sido el junio más cálido no solo del continente en media sino también en Alemania, Austria y Hungría. En Francia, la ola de calor del 23 al 30 de junio generó un nuevo récord nacional absoluto de temperatura, de 45,9ºC en Gallargues-le-Montueux. Según MétéoFrance, durante este episodio de calor, el 60% de sus estaciones meteorológicas igualaron/excedieron su récord mensual de temperaturas máximas y el 23% marcaron máximos de la serie.
En julio, la ola de calor de finales de mes de nuevo batió marcas en el viejo continente. Así, el 25 de julio de 2019 pasará a la historia al registrarse la temperatura más alta jamás medida en Alemania con 42,6ºC y Holanda con 40,7ºC.
Finalmente, hay que destacar que la extensión de hielo marino del planeta fue la menor para un mes de junio y para un mes de julio desde que ésta se monitoriza por satélite, en 1979.
El avance de la tendencia del tiempo previsto para el periodo de octubre, noviembre y diciembre de 2019 indica que existe una mayor probabilidad de que la temperatura alcance valores superiores a los normales en la Península y Baleares considerando, como siempre, un periodo de referencia de 1981 al 2010.
El escenario más probable es que la temperatura media de estos tres meses se sitúe en el tercil superior, que para el conjunto de España significa que estará, al menos, casi 0,6ºC por encima de lo normal, aunque en algunas zonas, especialmente del noroeste peninsular, Sistema Central, Montes de Toledo, Subbética y sur del Sistema Ibérico, esta anomalía cálida puede llegar prácticamente a 1ºC. (Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica)