Cada 10 de octubre, Greenarea se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el propósito de visibilizar el trastorno mental más grave que están padeciendo los miembros de la sociedad global, para generar un conjunto de estrategias que sirvan de apoyo a estas personas y les permita sobrellevar su enfermedad o curarse definitivamente.
El trastorno mental de 2019 es el suicidio, uno de los temas que se ha puesto en estudio durante los últimos años, debido principalmente, a la inmensa cantidad de personas famosas que han decidido abandonar este mundo por su propia mano.
La salud mental es algo que no se puede ver a simple vista porque lo que sentimos, la mayor parte de las veces, son síntomas subjetivos. Los signos nos avisan de enfermedades físicas, sin embargo, los trastornos psicológicos rara vez los muestran, hablamos más bien de sintomatología interna.
CERCA DE 800.000 personas se suicidan cada año, siendo la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años.
Pero el suicidio no es una cuestión de países o de personas que poseen altos ingresos, como erróneamente se cree. En realidad, el 80% de los suicidios de todo el mundo ocurren en países o comunidades de bajo o mediano ingreso, solo que estos no se documentan ni saltan a los medios de comunicación social.
¿Qué puede detonar el suicidio?
En realidad, el suicidio es la última consecuencia de una serie de trastornos psicoafectivos y sociales en la vida de una persona. La mayoría de los casos de suicidios se dan en personas con síntomas depresivos que buscan refugio en algún tipo de estimulante como las drogas o el alcohol.
Por lo general los signos previos al suicidio no son tan evidentes y en muchas ocasiones se cree que el paciente sufre una impactante mejoría en su estado de ánimo justo antes de elegir el suicidio.
Las chances de intentar suicidarse aumentan cuando los adolescentes abusan de los fármacos de venta bajo receta.
Hay que evitar estos hábitos
1. No desayunar
¿Cuántas veces has escuchado que “el desayuno es la comida más importante del día”? Aun así, hay muchas personas que no acostumbran a desayunar y esto es bastante malo porque al no desayunar tendrás bajo nivel de azúcar en la sangre y, ¿sabes qué pasa?
Tus órganos se ven comprometidos al no saber de dónde van a sacar azúcar, por lo que genera suministro insuficiente de nutrientes al cerebro y este se va degenerando lentamente. Además, que vamos a tener un menor rendimiento intelectual a lo largo de la jornada.
2. No dormir lo suficiente
Sin las horas correctas de sueño, tu cuerpo no podrá regenerarse. Hay muchas personas que se van a la cama tarde o, por culpa de las obligaciones, no pueden conciliar el sueño de manera correcta. Cuando esta práctica indebida se convierte en un hábito, los procesos cognitivos se afectan de forma considerable.
Además, aparece el estrés, la depresión, el mal humor y, a largo plazo, podrían aparecer accidentes cerebrovasculares, entre otros problemas asociados con la mente. Recuerda que en promedio se aconseja dormir 8 horas para poder recuperarnos.
3. Fumar
Los profesionales de la salud que tratan a las personas con problemas psiquiátricos suelen pasar por alto los hábitos de fumar de sus pacientes,asumiendo que es mejor hacer frente en primer lugar a la depresión, la ansiedad o los problemas de abuso de sustancias.
4. No hacer ejercicio
“Aunque todavía se está estudiando la repercusión del ejercicio físico sobre la salud mental, el deporte actúa sobre el sistema nervioso central, estabilizando sus proteínas y evitando enfermedades producidas por la ruptura del equilibrio de estas sustancias”, afirma Miguel del Valle, catedrático de la Universidad de Oviedo y delegado del rectorado para el Deporte y la Salud.
Asimismo, estar en movimiento no solo es bueno para tu organismo, si no que tu cerebro te agradecerá porque una mejor circulación atrae mejores ideas. Además ayuda a reducir el estrés y darle una pausa a tus pensamientos.
5. Usar demasiado los dispositivos electrónicos
El uso constante de la tecnología, sobre todo de los smartphones, evitan que aprovechemosel presente. Además conlleva problemas de visión, estrés, insomnio, depresión y ansiedad.
Eleva el riesgo de suicidio en adolescentes
Un equipo de China encuestó a 3.300 adolescentes de ese país cuando tenían 14 años; volvió hacerlo al año.
Los adolescentes que dijeron que consumían fármacos de venta bajo receta sin motivos de salud en la primera encuesta eran casi tres veces más propensos a haber intentado suicidarse al año siguiente. El riesgo se triplicaba en los que consumían opiáceos, según publica el equipo en JAMA Pediatrics.
“El abuso de opioides, sedantes y fármacos recetados sin motivos médicos estuvo positivamente asociado con la ideación suicida”, dijo el autor principal, doctor Lan Guo, de la Universidad Sun Yat-sen, Guangzhou. Agregó que esos pensamientos tendían a traducirse en intentos suicidas con “el abuso de opioides y el uso de fármacos recetados sin motivos clínicos”