ConexionCop analiza con especialistas la primera entrega de las Contribuciones Nacionales Determinadas. Según explican, para países como los de la región la mayor dificultad es la disponibilidad de información cuantitativa para estimar el potencial de reducción que se requiere. México es el país latinoamericano más admirado de los últimos días. La razón: una entrega impecable de su Contribución Nacional Determinada (INDC, por sus siglas en inglés). Y es que el Estado mexicano ha declarado que espera reducir en 25% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al 2030, una cifra que puede elevarse a 40% en caso de recibir ayudas internacionales. Con el anuncio, México insta a los países en desarrollo a presentar sus compromisos para hacerle frente al cambio climático y lograr que la temperatura del planeta no se incremente más de 2 grados centígrados. Hasta el momento los 28 países de la Unión Europea, acompañados de Suiza, Noruega, Estados Unidos y Rusia han anunciado oficialmente sus INDC a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en el primer plazo que esta dio para ello. En el transcurso de los meses, se espera que las demás partes hagan sus anuncios, allanando así las negociaciones para la COP21 que se realizará en París en diciembre. Mónica Araya, directora de Nivela, resalta que el primer país en desarrollo en presentar su INDC haya sido México, lo que significa una avance en el tema. “En Chile, el trabajo de su INDC está muy adelantado y hay mucha expectativa con los países emergentes de altas emisiones como China e India, y en nuestra región es vital que Brasil, el país con mayor emisión de GEI, no se atrase demasiado”, añade. Para Deissy Martínez Barón, coordinadora científica del Programa de Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS), el principal reto del establecimiento de las INDC para los países en desarrollo, y en particular para las naciones de América Latina, es la disponibilidad de información cuantitativa que permita estimar el potencial de reducción, y que lleve a tener compromisos reales asumidos con aportes a cada sector económico. “Los países todavía no han identificado claramente en sus políticas y planes de gobierno aquellas acciones específicas que contribuyen a la reducción de emisiones de GEI por sector económico, lo cual dificulta fijar metas puntuales; a ello se añade la falta de información para calcular los costos de implementación de estas medidas y de las posibles repercusiones (positivas o negativas) que tendrían en el crecimiento económico de los países”, asegura. Las contribuciones de las naciones desarrolladas Los países de la Unión Europea anunciaron que antes del 2030 reducirán en 40% sus emisiones con respecto a los niveles alcanzados en 1990. El grupo de países europeos ha manifestado especial interés en el uso de energías renovables para aminorar el calentamiento global. Por su parte, Estados Unidos se comprometió a reducir entre 26% y 28% sus emisiones hacia el 2025, mientras que Rusia reducirá entre 20% y 25% sus GEI para el 2030. En tanto, Suiza disminuirá en 50% sus emisiones hacia el 2030, de los cuales el 30% será en el propio territorio y el resto con proyectos exteriores de disminución de emisiones. Finalmente, Noruega se comprometió a aminorar en 40% sus emisiones al 2030 con un programa de proyectos que se llevará a cabo entre el 2021 y 2030. Sobre el trabajo de los países desarrollados, Araya sostiene que es preocupante ver el retroceso de Canadá y Australia, que en el pasado eran países más visionarios. “Ahora van en sentido contrario a la historia, porque sus gobiernos están comprometidos con la industria petrolera y el carbón a costa de la energía renovable”, sostiene. Roque Pedace, de Climate Action Network Latinoamérica y coordinador de Energía y Cambio Climático de Amigos de la Tierra Argentina, explica que se debe de distinguir el plazo de los industrializados que deberían de haber presentado sus INDC y que, sin embargo, Japón y otros no presentaron. Ello, en su opinión, muestra una escasa voluntad política para en que París se llegue a acuerdos globales significativos. La presión del 2015 Se espera que durante este año todas las partes presenten sus INDC para que la unión de todos los compromisos permitan la desaceleración del cambio climático. La fecha tope para la presentación oficial es el 31 de octubre. “El 2015 es el año clave para presentar los INDC porque, independientemente del acuerdo de París, son los propios ciudadanos quienes cada vez más queremos economías más limpias y menos contaminación. Sin embargo, tiende a existir reticencia a establecer un compromiso formal y anunciarlo al mundo”, finaliza Araya.