A finales de 2013, el Caribe tuvo su primer caso del virus chikungunya transmitido por mosquitos, que posteriormente ha generado casi 1,2 millones de casos en 44 países o territorios. El doctor James Crowe, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, Estados Unidos, y profesor y director del Centro de Vacunas de la misma universidad y su equipo anuncian ahora el primer gran panel de tratamientos con anticuerpos contra esta enfermedad en el último número de la revista ‘Cell Host and Microbe’.     el Caribe tuvo su primer caso del virus chikungunya transmitido por mosquitos, que posteriormente ha generado casi 1,2 millones de casos en 44 países o territorios. El doctor James Crowe, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, Estados Unidos, y profesor y director del Centro de Vacunas de la misma universidad y su equipo anuncian ahora el primer gran panel de tratamientos con anticuerpos contra esta enfermedad en el último número de la revista ‘Cell Host and Microbe’. Transmitido por la picadura de mosquitos infectados, es uno de los mayores brotes de cualquier virus en el mundo y ni siquiera necesariamente tiene que salir fuera del país para conseguirlo. El virus no se transmite de persona a persona, sino que se extiende con un efecto dominó de un mosquito infectado a una persona y de esa persona a un mosquito infectado previamente y luego a otro individuo. Crowe y su equipo están desarrollando anticuerpos para combatir el chikungunya, un virus qye se transmite por dos tipos de mosquitos ‘Aedes’. El virus Chikungunya causa una enfermedad similar a la gripe, con dolores de cabeza y fiebre y posteriormente dolores discapacitantes en las articulaciones que pueden durar años. Hasta ahora, no ha habido ningún tratamiento eficaz para la infección por el virus y no existe una vacuna con licencia para evitarlo. El proceso de desarrollo en el laboratorio de Crowe se realizó a partir de pequeñas muestras de sangre de una persona infectada con anterioridad, en las que los investigadores encontraron células secretoras de anticuerpos contra el chikungunya y luego procesaron esas células para recuperar sus genes de ADN y anticuerpos. El equipo comenzó el trabajo hace unos dos años adquiriendo la sangre de personas que tenían chikungunya y hasta ahora han aislado tres docenas de anticuerpos chikungunya. “Sorprendentemente, incluso décadas después de una infección, la gente todavía posee células en su sangre que fabrican anticuerpos para el chikungunya”, destaca Crowe. Mediante una tecnología desarrollada en Vanderbilt, su equipo logró sacar células B (que secretan anticuerpos) de la sangre, y mediante biología molecular, hacer medicamentos con anticuerpos. Para ello, se cogen cerca de entre una y dos onzas líquidas (28-56ml) de sangre de cada individuo que ha sido infectado, se separan los glóbulos blancos y rojos y se conservan los blancos, de forma que una vez que las células comienzan a producir anticuerpos, se sacan y se extraen los genes. Los investigadores los están probando en sistemas modelo, pero el objetivo es poner a prueba uno o más de estos anticuerpos en seres humanos en aproximadamente un año. Cuando los estudios actuales de laboratorio identifiquen los mejores anticuerpos entre las varias docenas disponibles, Vanderbilt entregará sus conclusiones genéticas a una compañía farmacéutica para la fabricación en masa de los tratamientos. “Es frustrante porque el brote está ahora activo -recuerda Crowe–. Me gustaría que tuviéramos el fármaco listo para probar en humanos, pero hay que tener cuidado y preparar estos materiales correctamente”. Este experto cree que el uso de anticuerpos para el tratamiento y la defensa inmune natural del cuerpo puede ser más efectivo que tratar de desarrollar un fármaco sintético, que por lo general tiene una alta tasa de fracaso. “No es sólo una forma más natural de hacer los medicamentos, es una forma más poderosa, porque los seres humanos generan los anticuerpos más increíbles”, resalta Crowe. Una vez que el fármaco se desarrolle y pruebe en humanos, cree que se podría administrar pronto a las personas infectadas, antes de que el dolor articular sea debilitante.

Publisher: Lebanese Company for Information & Studies

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