La cuestión de la financiación de la lucha contra el cambio climático será uno de los pilares de Paris 2015. El Fondo Verde, cuya primera capitalización ha alcanzado 9.300 millones de dólares –de los cuales 1.000 corresponden a Francia–, será crucial para crear un clima de confianza y movilizar a los inversores privados. Más adelante, la financiación climática a más largo plazo también deberá ser reforzada y clarificada, para permitir una mayor visibilidad y un movimiento de las inversiones hacia la economía baja en carbono. Sumario El Fondo Verde para el Clima: 9.300 millones de dólares de capitalización inicial La capitalización del Fondo Verde para el Clima, por un importe de 9.300 millones de dólares, supone la culminación de un largo proceso iniciado en las COP de Copenhague y de Cancún. El Fondo, destinado a los países en vías de desarrollo, debe desempeñar un papel de catalizador para las acciones de mitigación y de adaptación a gran escala. Está abocado a convertirse en la piedra angular de la arquitectura financiera de la lucha contra el cambio climático. Francia se ha movilizado desde el principio a favor del Fondo Verde y ha trabajado de forma activa para que este primer ciclo de capitalización pudiera enviar un mensaje importante y crear un clima de confianza para los países en vías de desarrollo. Detrás de Alemania y Francia, que se habían comprometido a contribuir al Fondo por un importe de 1.000 millones de dólares cada una, Gran Bretaña aportó una contribución sustancial de unos 1.200 millones de dólares en la conferencia de Berlín los días 19 y 20 de noviembre de 2014. Por último, Estados Unidos anunció una contribución de 3.000 millones de dólares. En Berlín, donde se celebró la primera conferencia de capitalización, varios países contribuyeron de forma más modesta al Fondo, como Panamá, que prometió un millón de dólares, mientras que otros países, como Canadá o Polonia, anunciarán su contribución durante la conferencia de Lima en diciembre. En total, treinta y dos países se han dado cita para capitalizar el Fondo Verde para los próximos cuatro años. Esta capitalización inicial, lanzada este año, sigue abierta a todos los contribuyentes interesados, del norte y del sur, incluidos los del sector. El Fondo podrá programar sus primeras inversiones antes de la COP21 en París. Financiación climática: el compromiso de Francia En el marco de los acuerdos de Copenhague y Cancún, los países desarrollados se comprometieron de forma colectiva a movilizar financiación de arranque rápido («fast start») por un importe de 30.000 millones de dólares en el periodo 2010-2012 para luchar contra el cambio climático en los países en vías de desarrollo. La Unión Europea se comprometió a contribuir a de forma importante este esfuerzo, aportando 7.200 millones de euros de financiación inicial en 3 años. Junto a sus socios europeos, Francia cumplió sus propios compromisos internacionales y movilizó más de 420 millones de euros por año entre 2010 y 2012 en financiación de arranque rápido, lo que supone 1.260 millones de euros en todo el periodo. Tras la fase llamada de «financiación inicial», los países desarrollados también se han comprometido, en el marco de los acuerdos de Copenhague y de Cancún, a aportar 100.000 millones de dólares anuales (70.000 millones de euros) de financiación pública y privada de aquí a 2020. Para limitar el aumento de las temperaturas a 2ºC a finales de siglo, Francia considera esencial adoptar un enfoque global e integrado del desarrollo y de la lucha contra el cambio climático que se traduzca, entre otras cosas, por un reverdecimiento de las políticas nacionales de ayuda al desarrollo. Este enfoque, que promueve la definición y la aplicación de nuevas estrategias de desarrollo bajas en carbono y resilientes con el cambio climático, implica también una mejor coordinación de los donantes. En el marco de su plan estratégico de desarrollo para el periodo 2012-2016, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) se ha comprometido a que el 50% de la financiación anual que concede a países en desarrollo se dedique a proyectos a favor del clima (el 30% para su filial «sector privado» Proparco). Un año después de su adopción, la AFD sigue aplicando con éxito esta estrategia, ya que en 2012 dedicó el 48% de su financiación a proyectos relacionados con el clima, al igual que Proparco, que con un 32% de su financiación. Así, el Grupo AFD autorizó en 2012 que se dedicaran 2.400 millones de euros para 54 proyectos relacionados con el clima (proyectos de desarrollo con efectos positivos en la lucha contra el cambio climático) en los países en vías de desarrollo y en las regiones de ultramar de Francia. Francia y la promoción de fuentes de financiación innovadoras a favor del clima Desde hace varios años, Francia promueve las fuentes de financiación innovadoras para el desarrollo en el Grupo Piloto y en las distintas esferas internacionales como mecanismos de financiación complementarios a las fuentes tradicionales empleadas en la ayuda al desarrollo. Estas fuentes ya han demostrado su valía en el ámbito de la salud y de la educación y podrían contribuir, asociándolas a otras fuentes de financiación, a alcanzar el objetivo de los 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para la lucha contra el cambio climático. Francia hace especial hincapié en el impuesto sobre las transacciones financieras (TTF en francés) y los instrumentos de mercado en el transporte aéreo y marítimo internacional: Un impuesto sobre las transacciones financieras permitiría recaudar una cantidad considerable de recursos. El impuesto francés, adoptado el 29 de febrero de 2012, debe servir de modelo para la universalización del mecanismo. Una parte de lo recaudado por este impuesto se dedicará al Fondo Verde para el Clima. En el ámbito europeo, las conversaciones sobre la aplicación de un impuesto sobre las transacciones financieras europeo destinado a alimentar en parte el presupuesto comunitario han avanzado. Francia apoya una tarificación del carbono (un impuesto o un sistema de cuotas) en el transporte aéreo y marítimo internacional para reducir de forma eficaz a nivel mundial las emisiones que aumentan de forma significativa en estos sectores y para generar unos ingresos importantes para destinarlos al clima. La última Asamblea General de la Organización de Aviación Civil Internacional se ha puesto de acuerdo para negociar en 2016 un sistema mundial basado en el mercado que entraría en vigor en 2020.